Israel es una sociedad de asentamiento colonial, que ha vinculado su expansión colonial a profecías y dictados religiosos, de modo que para la mayoría de esos colonos el hecho de ser obligados a abandonar Gaza debe de haber sido tanto una traición nacional como un acto sacrílego.
Los colonos siempre han sido conscientes de la naturaleza de su misión: la limpieza étnica de todos los palestinos de Gaza y la reconstrucción de los asentamientos.
Los palestinos son el ejemplo perfecto de que la historia está determinada por las ideas, no por las armas; por los recuerdos, no por la política; por la esperanza colectiva, no por las relaciones internacionales.
Israel también está librando guerras reales: una guerra de exterminio y genocidio contra el pueblo palestino en Gaza, que ha matado y herido a más de 150.000 personas en el curso de un año.
Soma fue miembro de una generación de médicas en Gaza que verdaderamente cambiaron el rostro de la medicina, poniendo colectivamente gran énfasis en los derechos de las mujeres a la atención médica y ampliando la comprensión de la medicina familiar para incluir el trauma psicológico.
Pero un año después del inicio de la guerra, los palestinos, gracias a su propia firmeza, se han convertido en el centro de cualquier debate serio sobre un futuro pacífico en Oriente Medio.
Los límites de la solidaridad global con Palestina finalmente romperán los confines del Medio Oriente para crear nuevos y crecientes espacios geográficos y culturales y que, al menos en Occidente, Palestina ya no seguirá siendo una discusión política o un tema académico.