El film también nos invita a una reflexión sobre los refugiados, en 1939 fueron españoles, en 1948 palestinos, en 2003 iraquís, y la lista se hace dolorosamente interminable.
La urgencia de la situación climática es tal que las instituciones gubernamentales nacionales e internacionales ya deberían haber tomado medidas radicales para solucionar el problema, pero siempre son aplazadas.
El feminismo consiguió hacerse respetar y cambiar el pensamiento de muchas personas, crear conciencia y admitir la misoginia que padece parte de esta sociedad actual.
Creemos que las cuestiones de los derechos y la seguridad de los armenios de Nagorno Karabaj, independientemente de lo que se decida y acuerde en el marco de ese diálogo, deben contar con ciertos mecanismos de garantía, incluidos los internacionales.
Esa cartografía emocional, que la nostalgia ha ido tejiendo a lo largo de los años de exilio en la cabeza de Etxegarai, se ha ido completando con la geografía humana de São Tomé
pagamos a estados donde la democracia es apenas una ficción, como Turquía o Libia, para que hagan el trabajo de contener a esa legión de desheredados que quiere alcanzar las costas de Europa.
Time of Impatience nos ofrece una de esas pequeñas historias de resistencia, en la que dos hermanos gemelos, los entrañables Mirza y Mirhat, nos enseñan que la lucha de clases también puede producirse a través de una piscina.