Artículo de Pablo M. Arenas.
La burguesía es el virus que infecta la vida. El burgués, como buen parásito que es, necesita de un cuerpo para seguir con vida, pues él es incapaz por sí mismo de desarrollarse plenamente; necesita un cuerpo social, esto es, los obreros, los trabajadores, que, apropiándose de su fuerza de trabajo, desarrolla su vida a costa de la vida ajena.
«Los toros, español. La sardana, una tontería catalana. El flamenco, español. Las Muñeiras, una cosa gallega sin importancia. El fútbol (football), español. El arrastre de piedras con bueyes, una gilipollez de los vascos que son más brutos que un arado. Y así todo. Porque el buen español nacionalista».
Artículo de Rafael Silva Martínez en su columna «Una mirada desde la Izquierda»
Quizá tenga España desde siempre una clara facilidad para caricaturizarse a sí misma, como nos muestran claramente algunos períodos de nuestra historia. Y dicha facilidad caricaturesca se aplica a todas las facetas: a la política, al arte, a la ciencia, etc. Ocurrió por ejemplo con el Flamenco y la imagen que se exportó del mismo y que se consumió internamente durante la terrible etapa del nacionalflamenquismo franquista: se desvirtuó el carácter originario del mismo, se llevaron al cine y al teatro estampas de un tipismo andaluz rancio y exagerado, y se cultivaron los géneros menores de este arte gitano-andaluz de gran hondura y belleza expresiva.
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