Desde las diferentes bases secretas, Estados Unidos, colaboró con gobiernos occidentales de África, para secuestrar, torturar y desaparecer opositores políticos o militantes de organizaciones armadas.
Por lo que para varios gobiernos africanos (Libia, Malí y la República Centroafricana, y posiblemente pronto Burkina Faso) ya han pedido la presencia de los hombres de Grupo Wagner para combatir focos terroristas y de otro tipo de insurgencias.
Las poblaciones civiles no solo son víctimas de los ataques de los insurgentes, sino también sufren abusos y en muchos casos son asesinados por las tropas regulares.