Bolivia debe abordar de forma urgente la cuestión de los femicidios. El tema de la violencia de género no está en la agenda política, ni está instalado en la sociedad boliviana.
Siempre con la misma retahíla de siempre: que si somos una clase sexual; que si somos seres de luz; que si los hombres nos explotan por el simple hecho de ser hombres; que si somos un grupo homogéneo con intereses idénticos por ser mujeres…
Queda claro que los derechos de los hombres no se cuestionan, mientras que los derechos de las mujeres son siempre una incógnita y al final, en la ecuación siempre es la mujer la que sale perdiendo, es ya momento de que hablemos de “terrorismo machista”.