Angelo Nero

Rosa García Alcón: «El auténtico lastre que arrastramos es la impunidad del franquismo»

Tras la muerte del dictador no hubo una ruptura, no se depuraron las instituciones de elementos adeptos al régimen franquista; se mantuvieron los mismos militares, policías, jueces, altos funcionarios, … Y los mismos banqueros y empresarios que se habían enriquecido con el franquismo y que lo habían sostenido, siguieron haciendo negocios con las administraciones “democráticas” con los idénticos métodos corruptos. Ese es el auténtico lastre que arrastramos: la impunidad del franquismo.

Entrevistas

Ana Cristina Rodriguez Guerra: “Por la impotencia que me daba la manipulación que había en los libros de texto y en los medios de comunicación es por lo que me empecé a interesar por temas de represión”

Quizás deberíamos buscar nuevas formas de dar a conocer nuestro trabajo, sin perder el rigor, por supuesto, pero al mismo tiempo combatiendo el discurso negacionistas y ultraderechista que se está imponiendo en redes sociales y que tiene un calado profundo entre nuestros jóvenes.

Artículos

La lucha de las mujeres durante el franquismo

El régimen franquista aplicó para las mujeres la máxima nazi de las tres “K”: Kinder, Küche und Kirche (niños, cocina e Iglesia) y concedió a la Sección Femenina de la Falange el control de la educación y del entretenimiento de las niñas y las jóvenes. La iglesia tenía en Acción Católica otro de los mecanismos de dominio sobre la población femenina y en el Patronato de Protección de la Mujer, un organismo que ha pasado casi desapercibido y que funcionaba como auténtico correccional, un poder sobre las jóvenes “caídas”, que eran todas aquéllas que no se adaptaran a lo establecido por el nacionalcatolicismo.

Angelo Nero

“¿Dónde está nuestro pan?” Las mujeres que no pudieron ser derrotadas

Esa España de las cartillas de razonamiento, de los maquis resistiendo en la montaña, de las heroicas mujeres que desafiaban a la dictadura pidiendo pan para sus hijos, o que lo procuraban trabajando en las minas, aparece muy bien reflejado en los tres relatos que forman este libro, que el escritor fue fraguando a ritmo de pedal.

Artículos

Mujeres de Sálvora

Las reducidas dimensiones de la dorna no dejaban espacio suficiente para dar cabida a los náufragos, que se agarraban desesperadamente a ella. Entre dos aguas los llevaron a la playa de O Almacén, donde fueron atendidos por los vecinos. El viaje se repitió en cuatro ocasiones hasta el amanecer, cuando llegaron los barcos procedentes del puerto de Ribeira.