A nadie se nos escapa que son las mujeres las que tienen más problemas para acceder al empleo y a salarios dignos, pero si se casan, en nuestro ejemplo, el Estado les premia con 1.500 euros.
Cuando una mujer tiene acceso al dinero del hombre pierde su individualidad al deber usarlo para fines comunes. La separación de bienes empodera y legitima la salida de las casas de las mujeres en busca de su propio plan personal.