«Los ricos que trabajan duro y que heredan su capital original o lo acumulan mediante el ahorro a lo largo de su vida laboral, se casan entre sí y desempeñan un papel político cada vez mayor a través de donaciones políticas, son una nueva élite».
Reactivar a Marx se vuelve una condición imprescindible si optamos por la transformación de la realidad social, si deseamos la abolición del capitalismo como sistema social que promueve la violencia, la explotación, la enajenación y la alienación humana.
Nos engañan para hacernos creer que los ricos viven bien por que se lo han ganado y el resto o somos unos inútiles o unos vagos. Y por otra parte, fomentan el individualismo y nunca la solución colectiva de cuestiones comunes.
Retornado a su radicalidad, liberado de las escorias de la historia que parecen haberlo envuelto, el comunismo de Marx bien podría ser un pensamiento y una política operativa para el siglo XXI.