La sola insinuación de que España colabore con Marruecos en la guerra de ocupación que mantiene con el Frente Polisario es muy grave y demuestra hasta donde llega la sumisión del gobierno español ante la autocracia marroquí .
Rabat está siendo objeto de un escrutinio cada vez mayor por su implicación en los casos de corrupción, que han sacudido a la Unión Europea desde que estalló el escándalo Marocgate a principios de diciembre.
La larga historia de la monarquía marroquí está cimentada en la opresión, la desaparición y asesinato de opositores –por más reformistas que sean-, la corrupción, sus vínculos con el narcotráfico y el chantaje permanente a Europa, en especial al Estado español.
mientras España decidía cambiar su postura en la cuestión del Sáhara, Argel y Rabat estaban en una crisis diplomática importante, quizás el momento de más tensión entre ambos países desde hacía décadas.
La lucha se ha intensificado en el Sáhara Occidental con las fuerzas guerrilleras saharauis lanzando una serie de ataques en áreas ocupadas por las tropas marroquíes.