El «horrible delito” de José Gómez Gayoso y Antonio Seoane Sánchez no fue otro que luchar contra el franquismo, rebelarse contra la injusticia y la opresión y defender la legítima causa de la República.
El grueso de las bombas cayó sobre el tren repleto de soldados. Un gran cráter se abrió en el pavimento. Había cuerpos diseminados por toda la estación y alrededores. De los árboles colgaban cadáveres y restos humanos.
En cada población la iglesia, el alcalde, la guardia civil y el juez fueron mucho más que simples gestores y se convirtieron en los poderes fundamentales con los que el Nuevo Estado cimentó su tenebrosa influencia.
El estallido de la Guerra de España fuerza su marcha hacia París. Pasa un periodo en Bélgica y finalmente se exilia en Perpiñán en 1944, ciudad en la que desarrolla la mayor parte de su obra pictórica.