Ábalos es el mejor ejemplo del político que corrompe su representación parlamentaria y usa el privilegio de la inmunidad parlamentaria como un instrumento para no tener que afrontar hipoteticas explicaciones ante la justicia.
Mientras tanto y pese a las invitaciones a dejar el cargo realizadas por 2 ministras y el presidente de gobierno parece que el señor Ábalos se niega a poner punto y final a su vida política.
Page, sale en ayuda de Feijóo y siguiendo la estrategia del PP, pervierte este mandato del resultado electoral y dirigiéndose a la dirección del PSOE lo convierte en todo lo contrario: “deben rectificar”.
¿Cómo es posible aún no se hayan retirado de los espacios de reconocimiento público más de 70 monumentos de exaltación del fascismo que todavía hay en España?.