El maltrato empieza con comentarios y restricciones, luego viene el aislamiento y la culpa, y más adelante el maltrato verbal hasta que llega al físico. Hay que salir a tiempo.
La indulgencia del sistema judicial en este caso pone de manifiesto una preocupante brecha en la protección de los derechos de las víctimas frente al poder económico y la influencia de los acusados.
Necesitamos alzar la voz y exigir justicia, no solo por Gisèle, sino por todas aquellas que no han podido hablar, por las que ya no están, y por las que día a día siguen enfrentándose a la brutalidad.
El verdadero progreso llega cuando se impulsa una redistribución justa de los recursos, cuando se asegura que todos puedan acceder a una vida digna sin importar su origen o su posición económica.
Septiembre, reconocido internacionalmente como el mes de la prevención del suicidio, nos invita a reflexionar sobre la importancia de la salud mental y la necesidad de una mayor concienciación y empatía hacia quienes padecen en silencio.
La violencia sexual se ha convertido en una herramienta común para sembrar el terror entre la población civil, afectando principalmente a mujeres y niñas, tanto locales como refugiadas.