Ese silencio da alas a todos los tenderos de la comunicación para esparcir bulos. Pero también es verdad que cabe hacerse la pregunta de porqué tener que justificarse ante la calumnia y el embuste.
Hay que exigir igualmente al gobierno español que rompa su inacción en este caso y defienda el cumplimiento de las leyes europeas ante el estado polaco.
Esta sentencia está recurrida en el Tribunal Constitucional por considerarla una condena injusta y un ataque a la libertad de expresión. De todos los encausados en este caso por denunciar el racismo institucional en España sólo se me condenó a mí.
Este es un homenaje a TODAS LAS MUJERES LUCHADORAS, las de antes, las de ahora, las que vendrán. Las de aquí y las de todos los lugares del mundo. Y exigimos que la cárcel de Yeserías sea declarada lugar de memoria histórica.
Son las voces de la resistencia, las que los señoros desprecian o ridiculizan, pero son la voz de la acusación popular y colectiva, las voces que consiguen, tarde o temprano, escribir la verdad en la historia, tiempo de Justicia.
Lo más importante es mantener vivo el mensaje de apoyo a Pablo González, no existe aquello de lo que no se habla, difundir, en el trabajo, en el barrio, con la familia. Debemos hacer que el silencio se oiga.