En los 10 países más afectados por el cambio climático, el hambre severa ha aumentado un 123% en los últimos seis años”, dice el informe, que cita a Somalia, Haití, Yibuti, Kenia, Níger, Afganistán, Guatemala, Madagascar, Burkina Faso y Zimbabue.
En numerosos Estados africanos el contexto social ya era tenso debido al descontento político, la inseguridad y la falta de expectativas de futuro. En la actualidad, por si esto no fuera suficiente, hay se sumarle un hambre cada vez más generalizado.
Cuando ya las consecuencias del ahogo son sentidas por parte de toda la población venezolana, particularmente por los más vulnerables, es imposible evitar que las palabras de Sherman resuenen en la cabeza: “hacer cumplir una devastación más o menos implacable”.