Solo entre enero y marzo de este año, más de 1.600 personas han muerto en Haití a causa de las constantes batallas por el territorio entre las bandas armadas.
La anémica respuesta estatal, a la que se le sumó a regañadientes algunos hace algunos meses, unos cientos de policías y gendarmes kenianos, han sido desbordados.
Entre el 2 y el 8 de octubre de 1937, tropas dominicanas, apoyadas por civiles reclutados o coaccionados, llevaron a cabo una purga étnica en la frontera noroeste del país.
Como en sus tiempos más sombríos, Haití ha vuelto a los años del paramilitarismo y la violencia por las calles. Esta vez sin Duvalier. Pero sí con un legado de terror heredado de su pasado.
En un país de unos 11 millones de habitantes, la estimación del número de migrantes haitianos que residen en la República Dominicana oscila entre 500 000 y 1 millón.