Los acuerdos entre España y Marruecos demuestran que España ha cedido al chantaje y ha externalizado el control de sus fronteras completamente, poniéndolo en manos de la dictadura marroquí.
La vergüenza de Libia, en la que miles de hombres y mujeres sufren un verdadero infierno, es posible gracias a esa Europa que mira a cámara y habla de derechos humanos en Ucrania, sin pestañear.
«Quizá el reto catalán hubiera sido más fecundo si en lugar de proponer una nueva frontera hubiese abogado por la supresión de la actualmente existente, consagrada en nuestra Carta Magna del 78» Por Jose Antonio Pujante