La semana pasada, el abogado polaco que le representa desde finales de abril, recurrió la prórroga de prisión provisional y la imposibilidad de comunicarse con su familia, pero todo indica que la situación va a continuar igual.
Ya sabrás del bochornoso papel del gobierno español, así como del silencio cómplice de la Unión Europea, que, de haber sido detenido en Moscú, ya te habrían propuesto para el premio Sajarov.
No tengo palabras para describir la falta total y absoluta de ética y profesionalidad de estos medios, lanzándose a la yugular de un compañero en graves aprietos, publicando una información falsa.
No podíamos imaginar entonces que Pablo González iba a ser protagonista también de una rocambolesca historia, iniciada el pasado 6 de febrero, cuando todavía no se había producido la ofensiva rusa sobre Ucrania.