No podemos callar ante el absurdo intento de enarbolar la bandera de la libertad de las mujeres, cada vez que sacamos este tema. Es una cuestión política, universal, y todas podemos y debemos pelear por la abolición del sistema prostitucional, por el fin de la explotación sexual de mujeres y niñas.
Después de la invasión y ocupación de Irak liderada por Estados Unidos en 2003, los grupos feministas enfrentaron la destrucción del Estado y sus instituciones, la generalización de la violencia armada y el surgimiento de partidos políticos islamista.
del mismo modo que el burgués se libra de afrontar los costes del valor generado por los trabajadores esclavos, el anclaje de la mujer en tareas no asalariadas externaliza los costes de reproducción de la mano de obra, que son asumidos por la mujer en lugar de ser afrontados por el empresario.
La violencia de género es todo acto que tenga como resultado el sufrimiento físico, sexual o psicológico de una mujer, cometido por un varón contra su víctima por el solo hecho de ser mujer.
«Las mujeres trabajadoras debemos tener claro que cualquier reforma que se lleve a cabo en la legislación burguesa va a ser insuficiente porque en última instancia, siempre primarán los beneficios privados de unos pocos».