Dos días después del terremoto, el gobierno etíope dijo que estaba procediendo a la evacuación de al menos 80.000 personas por temor a la actividad volcánica que está afectando la zona.
Quedaron, además, otras víctimas invisibles del conflicto de Tigray, las mujeres que fueron utilizadas como arma de guerra, y que se estima pudieron ser 120.000 las que fueron violadas, muchas de ellas mutiladas.
Las Fano, ahora unificadas, han incrementado significativamente su ritmo de ataques contra la Fuerza de Defensa Nacional de Etiopía (ENDF) en toda la región de Amhara.
La mala gestión de las reformas desde 2018 ha sido una de las principales causas de la violencia, especialmente la decisión del primer ministro Abiy Ahmed de disolver las secciones regionales de la coalición gobernante.
Si bien es cierto que la cuestión hídrica entre El Cairo y Addis Abeba se prolonga desde hace mucho tiempo, en 1925 y en 1959, recién independizado Sudán, se firmó el «Acuerdo sobre las Aguas del Nilo» para regular el uso de las aguas del río Nilo, lo que más tarde rechazaría Etiopía.
Egipto y Somalia comenzaron a forjar acuerdos militares después de que Etiopía firmara un memorando de entendimiento con Somalilandia, mediante el cual tendría acceso al puerto de Berbera en el Mar Rojo.