El sentido de las huelgas, tanto de las pasadas, como de las actuales o de las venideras, no es otro que rebelarse contra la amenaza latente de perecer bajo el yugo del capital.
La reforma del delito de sedición en España comportaría mayor represión de la protesta social, algo que no se está debatiendo en el parlamento y en los medios hegemónicos.
Es una crisis jurídico institucional porque no hay ningún precepto constitucional que permita al Tribunal Constitucional y a los tribunales ordinarios hacer algo así.
Del franquista Tribunal de Orden Público (que desde 1963 hasta enero del 77 condenó a miles de demócratas antifranquistas) 10 de sus 16 miembros con plaza de titular pasaron, cuando se disolvió, a la Audiencia Nacional o al Tribunal Supremo.
Bajo el capitalismo, la Sanidad ha dejado de ser un derecho inalienable para convertirse en una mercancía de la que muchas compañías buscan aprovecharse.