Este antisionismo no tiene nada que ver con el antisemitismo, y es compatible con la idea de la construcción de un estado binacional, o un espacio político plural en el que los judíos puedan coexistir pacíficamente con los árabes.
El historiador Enzo Traverso pone la lupa sobre las nuevas caras de una derecha que logra conquistar a los electores con su irreverencia y su furioso discurso contra las élites políticas.