Es que he descubierto que entre 2000 y 2020 en España se ha “celebrado” con ocultación y alevosía un caso de corrupción política cada menos de dos días, y eso es mucho más una trama organizada que 3.743 casualidades.
Parece mentira que este rey haya perdido la ocasión de ser lo poco tonto que es necesario ser para darse cuenta de que PP y PSOE necesitan asegurar su continuidad en La Zarzuela, pues solo así podrán seguir con su excelente trayectoria en la comisión de delitos.
¿quién se atreverá a no criticar a un Gobierno social comunista español en medio de las intrigas privadas que se cruzan en las Salas de Banderas, por mucho que haya nacido de la voluntad popular?.
lo del respeto del MASUFA por la sociedad española sólo podemos juzgarlo personalmente y sin consecuencias legales, pues contra él, haga lo que haga, nunca podremos reclamar una sentencia de los tribunales.
Escucharse a sí mismos es un placer irrenunciable para los habitantes de la jaula de egos en tiempos revueltos que es el Congreso y tanto vicio tiene un precio: el de que te puedan recordar los excesos para que se te caiga la cara de vergüenza al suelo.
El problema que arrastramos es que un Reino como el de España no se reconocería a sí mismo si no siguiera batiendo récords de inmovilismo legislativo de alto nivel porque algo tendrá que ver con esta “enfermedad”, digo yo y dicen muchas, aquel truco “de la ley a la ley”.