Mientras los ojos del pueblo solo miran pecado, siempre con la mujer como objeto de tentación, esto es, de instrumento del diablo, la mirada de Elisabeth es pura, natural, y más cercana a esa divinidad que aprendió a amar en el convento.
pagamos a estados donde la democracia es apenas una ficción, como Turquía o Libia, para que hagan el trabajo de contener a esa legión de desheredados que quiere alcanzar las costas de Europa.
En su relato, Santesteban también se ampara en los silencios para delegar en el espectador su propia recreación del peso emocional que legan sus imágenes.
Time of Impatience nos ofrece una de esas pequeñas historias de resistencia, en la que dos hermanos gemelos, los entrañables Mirza y Mirhat, nos enseñan que la lucha de clases también puede producirse a través de una piscina.