Tito, entonces comandante de Ejército de Liberación Popular y secretario general del Partido Comunista de Yugoslavia, se convirtió en líder de un país que llegó a ocupar entre veinte y veinticinco mil kilómetros cuadrados, con fronteras que cambiaban casi a diario y más de 300.000 habitantes.
El Mundial de 1978 representaba entonces una gran oportunidad para que el recientemente instalado régimen militar apuntalara sus vínculos internacionales y «un escenario perfecto» para que los militares «lavaran sus culpas y se reinventaran»
pese a los enemigos y a los múltiples obstáculos, nada la detuvo y en momentos difíciles encontró siempre apoyo porque convirtió su vida en una defensa incansable de los marginados.
En las elecciones del otoño de 1933 la CEDA obtuvo 122 escaños pero no consiguió que Alcalá-Zamora encargase a su líder la formación del gobierno, ya que temeroso de la reacción de la izquierda, llamó a Lerroux para formarlo.
La reforma en seguridad y defensa arrojó cambios dentro de la policía y las fuerzas armadas. En el último caso, Petro removió un total de 52 generales para confirmar una nueva cúpula.
«ya no podemos hablar de régimen de excepción. Excepción es una situación extraordinaria que dura poco tiempo. (…) Si se han prevenido homicidios, qué bueno. Eso es importante, pero no puede ser a costa de la gente inocente».
puede implicarse en un golpe de Estado, ocasionar desde una hasta miles de víctimas mortales y triunfar o fracasar, pero, si le da la gana, seguir en La Zarzuela sin verse obligado a declarar ante ninguna autoridad de su Reino de España.