Pakistán se dirige a toda velocidad a clausurar definitivamente la cuestión afgana, acelerando las deportaciones y persiguiendo como a verdaderos criminales a quienes todavía no han aceptado las nuevas normas.
Filtraciones muestran que el Ministerio de Defensa británico conocía desde 2011 las matanzas de afganos a manos de sus soldados desplegados en Afganistán.
Entrevistamos a José Luis Martín Ramos, catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona, con quien conversamos sobre su libro »Afganistán. La última revolución del siglo XX».
El mes pasado, atentados contra diferentes mezquitas en las regiones de Baluchistán y Khyber Pakhtunkhwa, las dos fronterizas con Afganistán, mataron a casi sesenta personas, mientras que, en julio, un atacante suicida en un mitin político mató a 44 personas.
Si bien los hazara han sido perseguidos desde hace décadas, la toma del poder por parte de los talibanes plantea una amenaza renovada y la posibilidad de ser víctimas de un genocidio a mano de los talibanes.
El conflicto por el agua en el este de Irán, podría arrastrar, a situaciones más complejas a toda la región, debido a que son muchos los proyectos, que, frente a la nueva realidad afgana, podrían desarrollarse en ese país, como el oleoducto Turkmenistán-Afganistán-Pakistán-India.
A la barbarie protagonizada por el Talibán y por sus aliados de Al-Qaeda, que también han puesto a los hazaras en su punto de mira, se les suma ahora el Estado Islámico.