Suecia sigue adelante con su deriva belicista. Su Primer Ministro se mostró abierto a instalar armas nucleares en territorio nacional bajo el pretexto de una posible amenaza rusa.
Por Redacción NR | 14/05/2024
El Primer Ministro de Suecia, Ulf Kristersson, afirmó en una entrevista para Sveriges Radio que no descarta la instalación de armamento nuclear de la OTAN en suelo nacional ‘en tiempos de guerra’.
A pesar de que anteriormente el gobierno sueco se había opuesto a esta medida, Kristersson justificó su cambio de postura asegurando que ‘si hay una guerra en nuestro suelo en la que Suecia se ve arrastrada, entonces la situación es completamente diferente, entonces la situación es completamente diferente’. Según el dirigente, ‘los países democráticos […] deben ser capaces de defenderse contra los países que puedan amenazarlos con armas nucleares’.
Este era un tema tabú para el ejecutivo desde que Suecia firmó un acuerdo de defensa con Estados Unidos en el que no existe una prohibición oficial de las armas nucleares. Movimientos anti-militaristas y anti OTAN ya denunciaron en su momento que dicho acuerdo suponía dar luz verde a la llegada de armas nucleares estadounidenses al territorio. Algo que Kristersson ni negó ni desmintió, en una clara muestra de que ya se habían dado conversaciones con Washington al respecto.
El Acuerdo de Cooperación en Defensa (DCA) con Estados Unidos es una entrega de soberanía vergonzosa que permite a las tropas de la OTAN la libre circulación por todo el país y acceso a 17 bases militares. Con la entrada de Suecia a la alianza en el mes de marzo, el país nórdico terminó con dos siglos de neutralidad. En realidad, la idea de ‘neutralidad’ de Suecia en lo relativo a la seguridad nacional no es del todo exacta. El país abandonó esta línea hace mucho tiempo. La guerra de Ucrania tan solo ha acelerado el proceso.
El Partido Comunista de Suecia aseguraba en un comunicado publicado en enero que la adhesión a la OTAN ‘sólo es una buena noticia para la industria bélica y los capitalistas que quieren compartir el botín de la próxima guerra liderada por Estados Unidos’.
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