Spanishit

Por Jesús Ausín | Viñeta de ElKoko

“Antonio, sale de casa perseguido por Irene. No hay nadie en la calle. Irene da un traspiés intentando no perder de vista a Antonio que camina muy rápido y dobla la esquina. Tres segundos después llega su mujer. Pero no hay nadie. No es posible. No hay portales. Ni coches aparcados. Nadie circula por la carretera. No hay huecos en la calle, ni alcantarillas. ¿Dónde está Antonio? Irene jamás ha vuelto a saber nada de el”.

“Es noche cerrada en Rosebud, Misuri. Una figura masculina camina por la penumbra de una calle recta en la que apenas hay personas a esa hora de la tarde/noche. Solo un grupo de muchachos que escuchan hip-hop junto a la valla de un descampado. Algunos de ellos dirigen sus miradas al extraño viandante. De pronto, una llama lo consume en un instante. Cuando los chavales se acercan, solo quedan unas pocas cenizas de su cuerpo sobre la acera”.

Suena la sintonía. The Robots de Krafwerk. “Estás escuchado, Medianoche de Antonio José Alex en la Cadena ser”.

Metido entre las sábanas de la habitación de un piso de estudiantes, Abilio escucha el programa de radio con pasión y un cierto temor. La susurrante voz del locutor que ahora habla de desapariciones misteriosas, de combustión espontánea, de sucesos paranormales, le imbuye la suficiente evasión como para que intente dormir. Ahora, como si el locutor estuviera viéndole metido entre las sábanas, dice “Nunca sabes donde está la puerta. ¿Y si te das media vuelta en la cama y desapareces?”.

-¡Crack! Un sonido seco deja paralizado a Abilio. Chirría la puerta al abrirse. El corazón de Abilio puede oírse desde la cocina. Muerto de miedo ha dejado de oír hasta la radio. Paralizado, piensa si es buena idea dar la luz. Se arma de valor y enciende la perilla que tiene colgada del cabecero de la cama. La puerta está entreabierta. Pero no hay nadie. Se levanta, cierra de nuevo la puerta, se gira para volver a la cama y -¡Crack! El mismo sonido de antes. Se gira rápidamente. No hay nadie. Vuelve a cerrar la puerta y se queda un rato observando. Ve como el picaporte no encaja bien, queda forzado y se mueve poco a poco hasta que se libera de la presión y salta.

 

A unos cuantos kilómetros del piso vacío donde está Abilio, Custodio escucha, también metido en la cama, el mismo programa de radio. Él está también solo en casa. Una casa de adobe y madera que, a poco que prestes atención, habla durante las noches. Una viga que se contrae por la dilatación, una  puerta que no cierra bien, el aire que se cuela por alguna rendija del tejado, un gato que se mueve sigiloso mientras un ratón de campo busca algo entre las viejas tarimas del desván, … En el momento en el que el locutor está preguntando si la puerta hacia otra dimensión está en la cama en la que Custodio está acostado, un golpe seco rompe la noche desde la ventana del cuarto que ocupa. Este queda paralizado. No puede ni moverse. No es capaz ni de sacar la mano de debajo de las mantas para coger la perilla de la luz que se encuentra solo diez centímetros por encima de su cabeza. No se mueve. Casi ni respira. El corazón se le va a salir del pecho. Quién esté ahí puede oírlo y conocer su presencia. El programa de radio sigue, pero el pobre muchacho ha dejado de escucharlo para centrarse en los sonidos de la casa. No sabe si hay alguien en la habitación. Pero tampoco quiere averiguarlo. Sigue inmóvil en la cama. Ahora escucha el ruido de lo que parecen unos pasos en el piso de arriba, el desván. Su mente empieza a elucubrar una historia de robo que acabará en su asesinato. Está muerto de miedo, pero no parece querer salir de ese estado que le impide moverse una miaja, encender la luz y ver que realmente no pasa nada. No quiere saber que el golpe seco lo ha producido el aire que sopla a ráfagas en la calle y que los supuestos pasos, solo son crujidos de dilatación de la madera. Él prefiere seguir pensando que quién ande en casa, acabará descubriéndole y que tendrá una muerte violenta. Ya no aguanta la postura en la cama. Tiene que darse la vuelta. Pero, ¿y si le descubren? No se mueve ni un milímetro por si acaso.

Seis horas después le despierta la luz del alba. La radio sigue encendida. No hay nadie en la habitación con Custodio. Pero él sigue convencido que anoche, en su casa y en su habitación, alguien vigilaba sus sueños.

 

 


Spanishit

Lo que está pasando en este país es digno de un estudio sociológico. Una sociedad pasmada que es incapaz de moverse ni un solo milímetro por si el ruido acaba descubriéndoles y llevándoselos por delante. Es verdad que la situación internacional no es mejor, y que bastantes problemas acucian a la humanidad como para preocuparse de un pueblo altanero y orgulloso que se cree el centro del universo y que se siente engreído por su incultura, su estupidez y su necedad.

Desde que este sistema de hijoputismo fascista, que ellos llaman liberalismo, puso sus primeras piedras con la Tatcher y el insufrible mal actor y peor político Ronald Reagan, la humanidad, que nunca dejó esa parte animal de que el más fuerte se come al más débil, ha vuelto a la selva en lugar de intentar continuar en el paraíso terrenal. Israel masacra al pueblo palestino al que ha recluido en un enorme campo de concentración sin agua potable, sin alimentos y sin forma de ganarse la vida. Por si fuera poco, la menor de las excusas sirve para bombardear hospitales o escuelas, para que un soldado le pegue un tiro a un niño aduciendo que es un terrorista o para que se comentan vejaciones, violentas acciones contra personas indefensas o detenciones aleatorias.

En otra parte del mundo, no muy lejos de allí, el estado medieval de Arabia Saudí detiene mujeres por firmar manifiestos en favor de que el velo no sea obligatorio, por querer conducir un coche o por reclamar la no dependencia de un hombre para poder realizar cualquier acción que en el mundo no medieval que hace décadas que mujeres y hombres realizan cotidianamente. De una forma terrible, ese mismo país, que en el summum de la indecencia preside la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU, está masacrando a su vecino el Yemen dejando miles de muertos, millones de pobres y decenas de miles de desaparecidos.

Mientras, esto pasa con el beneplácito del imperio que preside un demente fascista que no paga impuestos, que cree que el dinero es el único derecho humano válido y que no duda en crear cientos de conflictos como el de Venezuela con el único fin de que él y sus colegas saquen tajada económica, el resto de adláteres del imperio, miran para otro lado y empiezan, como Macrón en Francia, a aplicar las mismas medidas hijoputistas que han dejado a España y Grecia en la ruina social y económica.

Miran para otro lado, ignoran la noticia y le quitan importancia a lo que es un escándalo a la altura del Watergate americano.

Con este panorama mundial, la sociedad española aguanta sin moverse ni un ápice (no vaya a ser ellos sean los siguientes [que lo serán aunque no lo crean]), el robo masivo de su presupuesto público para que sinvergüenzas y especuladores hayan podido tapar la reconversión social que nos ha encaminado al trabajo precario, los salarios de limosna y la liquidación de los derechos sociales y los del trabajador. De igual forma, aguanta como si no fuera con ellos, que el mejor sistema sanitario mundial de hace unos años, lo hayan colapsado para el beneficio y negocio de los amigos de los gobiernos de turno que han visto la tajada redonda en la sanidad privada que se sostiene con fondos públicos. Igualmente, han reaccionado para que la educación pública ni sea ya universal ni mucho menos gratuita en favor del subvencionismo de la educación privada en la que los mismos amigos de los gobiernos de turno hacen el agosto y deciden de forma elitista, quién puede estudiar y quién no.

A pesar de mí desencuentro con PODEMOS, y de que mi intención era por primera vez en mi vida no ir a votar, hoy se hace necesario acudir a las urnas el día 28.

Y como la delincuencia nunca tiene límites, sobre todo cuando el pueblo está paralizado por el miedo que le impide darse la vuelta por si le acaban descubriendo como individuo y el foco se centra contra él, a los más de 900 casos de corrupción, las sedes pagadas con dinero publico dedicado a la lucha antiterrorista, las comisiones ilegales, las obras públicas que acaban costando tres veces el presupuesto inicial, los macroproyectos innecesarios que solo se realizan para obtener tajada y las leyes que blindan el nepotismo, el chanchulleo y la represión, se acaba montando un sistema policial dedicado a inventar mierda contra aquellos que, primero pretenden a sacar a la luz las tramoyas corruptas del sistema y segundo quieren acabar con ellos.

Los medios de manipulación informativa son cómplices y forman parte de las cloacas. Y no solo los que las investigaciones dicen que fueron creados con fondos públicos para difundir las mentiras inventadas, sino todos aquellos que ahora mismo, miran para otro lado, ignoran la noticia y le quitan importancia a lo que es un escándalo a la altura del Watergate americano.

Lean ustedes a una gran periodista como Rosa María Artal en este artículo o al siempre certero Jonathan Martínez en este otro titulado “Villarejo y el Dueño de la imprenta” y saquen sus propias conclusiones.

Por mi parte yo ya tengo las mías. Nadie se cura de ninguna enfermedad si no quiere. Si uno se deja llevar, el resultado siempre es el mismo: la muerte. Este hijoputismo fascista que han venido a maquillar como liberalismo es un cáncer que nos ha destrozado como sociedad, que nos denigra como personas y que encima nos hace pagar económicamente por ello. Si han sido capaces de retorcer la legalidad hasta convertir los máximos órganos de gestión del poder judicial en una sucursal ideológica. Si han sido capaces de robarnos hasta cuadriplicar la deuda pública del estado, si su españolidad consiste en que mientras ponen la bandera en el balcón se llevan la pasta a Suiza, Panamá o cualquier otro paraíso fiscal. Si han sido capaces de buscar al mayor delincuente policial para cambiar por las bravas el voto de los españoles con el fin de salvaguardar sus chanchullos, mi pregunta es: ¿qué les ha impedido falsear además el sistema informático que acumula votos y distribuye, en función de los mismos, los escaños, para que las formaciones políticas (Podemos y sus confluencias) contra las que se inventaron dossieres de financiación y crearon informaciones falsas, no dieran el llamado “SORPASO” y con ello la desaparición del espectro electoral del PSOE? ¿Se acuerdan ustedes del Tamayazo? Una vez conseguido que el PSOE no llegara al Gobierno de la Comunidad de Madrid con la “compra” de voluntades, este partido, ¿ha vuelto a ganar las elecciones en Madrid alguna vez? En política lo que más vale es la tendencia, porque las personas suelen elegir en función de sus gustos pero también de la utilidad de su voto. Con PODEMOS por encima de el PSOE, las posibilidades de sacar toda la mierda que cubre el sistema, crecerían exponencialmente y este país ni sería el mismo, ni el hijoputismo fascista hubiera llegado hasta donde ha llegado en la actualidad.

Mientras el cáncer corrupto fascista se come nuestros derechos, nuestras libertades, nos empobrece y hace que nuestro futuro sea tan oscuro que no hay luz que lo alumbre, seguimos enrollados en nuestras sábanas mentales no moviendo ni un solo músculo por si nos descubren y nos acaban señalando. Lo peor de todo es que aquí la situación no es ficticia y van a acabar con nosotros nos descubran o no. Mejor internar moverse y luchar que acabar los días agazapado esperando que pase el chaparrón.

Por eso, a pesar de mí desencuentro con PODEMOS, y de que mi intención era por primera vez en mi vida no ir a votar, hoy se hace necesario acudir a las urnas el día 28. Y volver a confiar en los que, a pesar de sus rencillas internas, han demostrado con creces que son una de las pocas luces que puede alumbrar este túnel.

Quejarse es fácil pero, para reaccionar, hay que empezar por ser consecuente.

Salud, feminismo, república y más escuelas (públicas y laicas).

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