SOS Yemen: el país invisible y una historia de solidaridad

Teresa Domínguez

28 millones de yemeníes están siendo bombardeados desde marzo de 2015 por las potencias extranjeras. Tres años sin tregua. Más de 15.000 ataques aéreos lanzados por la coalición liderada por Arabia saudí. Cada 10mn muere 1 niño por el colapso de todos los servicios básicos según Unicef. Un millón ochocientos sufren malnutrición. 17 millones no tienen qué comer ni atención médica básica. De los que 7,5 millones sufren malnutrición severa. El 80% de la población necesita ayuda humanitaria. La cifra de muertos de la ONU se ha mantenido en 10.000 durante muchos meses y es impugnada por las agencias humanitarias. En noviembre pasado, Save the Children informó que 130 niños morían todos los días. La realidad es que es una cifra subestimada, según analistas independientes, se calcula que el número total de yemeníes muertos por el conflicto de Arabia Saudí es de casi 50,000.

El 5 de junio la coalición liderada por Arabia Saudí bombardeó la sede de Médicos Sin Fronteras y lanzó 30 ataques en media hora sobre 600.000 habitantes en la ciudad portuaria de Hodeidah, el principal punto de importación de alimentos y suministros básicos en Yemen. Los soldados de ocupación, los mercenarios de Al-Qaeda y otros grupos terroristas impiden la atención a las víctimas. Según ONU, 250.000 víctimas por el asedio, aterrados se han refugiado en el desierto sin comida ni agua. En total hay 3,2 millones de desplazados en todo el país. Estos bombardeos indiscriminados y la falta de garantías de la coalición liderada por Arabia Saudí no son aislados, ya obligaron en 2016 a evacuar a su personal de seis hospitales en el norte del país. Una guerra genocida que pone su foco en la población civil. Solo hay que recordar una de las mayores masacres, como el bombardeo sobre un funeral que mató a 140 personas e hirió a más de 500 Captura de pantalla 2018-09-02 a las 21.03.47o el ataque reciente contra un autobús que transportaba niños que iban de excursión a un centro de verano, en la ciudad yemení de Sa’dah en la zona norte del país y que causó más de 40 muertos y más de 60 heridos. Y después de reclamar como «objetivo militar legítimo» el bombardeo del autobús, Arabia Saudí ahora dice que fue un «error». ¿Cuántos más «errores» debe cometer este régimen brutal antes de que acabemos con todas las ventas de armas y el apoyo militar a Riyadh?

Como dice el periodista Nasser Narrabye «No creas lo que dicen los Saudíes. No fue un error. Son millones de errores en los 4 años de su agresión y bloqueo injustificados contra Yemen.» 

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«Esta guerra es un atentado humanitario de proporciones inauditas» expresa Jane Ferguson, reportera de guerra, en un artículo dónde describe lo que vivió desde que llegó a Sanaa. Pueden leer la historia aquí.

El silencio de medios internacionales es atronador. Nasser Arrabyee lo denuncian en este vídeo, invitando a los periodistas a acudir a Yemen a conocer la verdad. Mientras Estados Unidos impone sanciones a cinco iraníes que proporcionaron armas a cinco Huzíes que fueron usadas contra Arabia Saudí, y en febrero del 2018, el Consejo de Seguridad renovó el embargo de armas (¡sólo las destinadas a los Huzíes!) el mundo permanece impasible ante el genocidio yemení. ¿Quien sanciona al sancionador? ¿Quien sanciona a los que les venden armas?

Nazanin Armanian explica en su columna la guerra genocida y los cuatro motivos del bloqueo informativo: El suculento negocio de armas, el bloqueo mediático, la complicidad de la ONU y la invisibilidad de refugiados yemeníes. El silencio y el dominio sobre un país estratégico. El último informe de Human Right Watch de 90 páginas “Hiding Behind the Coalition: Failure to Credibly Investigate and Provide Redress for Unlawful Attacks in Yemen) acusa al Organismo de investigación de la coalición, de ocultar y no investigar de manera creíble y proporcionar reparación por ataques ilegales en Yemen y de no haber cumplido con los estándares internacionales en materia de transparencia, imparcialidad e independencia, proporcionando «análisis de leyes de guerra profundamente defectuosos y llegando a conclusiones dudosas.»

Antes de la guerra, Yemen ya era uno de los países más pobre de Oriente Próximo, y dependía en un 90% de productos externos y de la ayuda humanitaria para sobrevivir. Ahora, con el bloqueo que sufre el país por parte de Arabia Saudí, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Emiratos Árabes, la situación se ha vuelto una catástrofe según la ONG «Solidarios sin Fronteras» la mortalidad infantil se ha disparado por falta de alimentos, agua potable y medicinas. Los precios se han disparado. Más de 3.000 escuelas han cerrado y muchas han sido bombardeadas».

Eva Erill en Saná antes del conflicto.

Una historia de solidaridad y valentía

Todo empezó en Yemen, en 2012, Eva Erill, catalana es una enamorada de ese país, al que ha viajado en tres ocasiones. En su primer viaje, estaba sentada en un café disfrutando el atardecer en la ciudad de Saná, con el canto del muecín de fondo. De pronto escuchó a un grupo de jóvenes cantar el «happy birthday». Y perdió su mirada en ellos con una sonrisa. Una mujer entonces se le acercó con un trozo de pastel y la invitó a que se uniera a la celebración. Ella era Faten, hoy miembro del equipo directivo de la ONG. Allí se empezó a forjar una amistad hermosa, profunda, una amistad que se transformó en una historia de solidaridad y valentía cuando estalló la guerra en marzo de 2015. La última vez que Eva estuvo en Yemen, fue en enero de 2015. Cuenta que ya entonces empezó a notar el ambiente hostil. Luego fueron las imágenes, las fotos, los vídeos que sus amigos le enviaban. Especialmente de Faten, que trabajaba con un cargo en la compañía aérea de Yemen.

Eva es psicóloga, una mujer versátil y experta en cooperación Internacional. Ya había colaborado anteriormente durante 13 años en un orfanato en Etiopía y otros proyectos. Con esa experiencia a sus espaldas y una inmensa desazón por lo que estaba sucediendo en Yemen, empezó a buscar a alguna ONG española que trabajase en la zona y no encontró ninguna. Y se propuso hacer algo por sí misma, para ello contó con una amiga suya, Noèlia Ruiz, que siempre tuvo la necesidad de ayudar. Decidieron colaborar con alimentos. Así nació Solidarios Sin Fronteras, una Organización Humanitaria de cooperación internacional no gubernamental, sin ánimo de lucro, laica e independiente. Hoy su misión principal es ofrecer ayuda humanitaria y cooperación al desarrollo en países donde sea necesario actuar. De hecho según nos cuenta Eva Erill, presidenta de SSF, son la única ONG española en Yemen (las pocas que hay son mayoritariamente internacionales y originarias de distintos países europeos), y trabajan proporcionando asistencia de emergencia directa (comida, agua, mantas y productos de higiene) a las familias yemeníes que sufren la guerra. Muy especialmente a familias desplazadas de lugares bombardeados, y a las que viven en campos de refugiados.

Desde esta ONG pusieron en marcha el proyecto Desayunos Para Educar y Proteger en Yemen, por el cual 525 niñas de una escuela reciben cada día un desayuno completo (pan, leche, huevo, queso y fruta), con el objetivo de que sus familias las lleven al colegio y así puedan seguir su educación, y para evitar que sean dadas en matrimonio o puestas en la calle a mendigar por no poder alimentarlas. Para que este proyecto se hiciese realidad, abrieron un grupo en la Plataforma Teaming, donde cada persona que se une, da 1€ al mes.

A día de hoy ya son casi 800 Teamers donando 1€ mensual.

Otro proyecto en el que trabajan es llevar agua potable a las familias yemeníes, especialmente a las que viven desplazadas en campos de refugiados. Además Yemen vive la peor epidemia de cólera del mundo. Para este proyecto concreto abrieron otro grupo en la Plataforma Teaming, son más de 1500 Teamers, dónde colaborar desde 1€ mensual.

También proporcionan cemento a las familias de la isla yemenita de Socotra para la reconstrucción de sus casas, que fueron destruidas por 2 ciclones al poco de iniciada la guerra, y para la perforación de pozos comunitarios.

Todas las personas que integran Solidarios Sin Fronteras son voluntarias, tanto en España como en Yemen, por tanto ninguna de ellas percibe un salario por su trabajo y/o dedicación. Tampoco hay gastos de local, de administración, de viajes. El equipo directivo lo forman tres mujeres de gran valía: Eva Erill, con la que he tenido el placer de hablar, Noelia Ruiz y Faten Al-Osimi, ella desde Yemen. Además forman parte del equipo Hussein Bin Mohamed desde Socotra y Jose Miguel Hernández.

 

Debido al bloqueo que sufre Yemen, es imposible el envío de ayuda humanitaria desde el exterior. Por ello esta ONG hace llegar el dinero a Yemen, dónde está Faten, la amiga de Eva y project manager del pequeño equipo. Ella es la encargada de comprar todo lo que es necesario para los proyectos de SSF: las cajas de comida, los depósitos de agua, las mantas, el material de higiene, los sacos de cemento, el desayuno para las niñas. El equipo yemení envía todos los meses las facturas de alimentación y depósitos de agua, y fotografía todo el trabajo que llevan a cabo. Así, cada familia que recibe comida es fotografiada con el pack recibido, con las mantas y cada vez que se rellenan los depósitos de agua se fotografía el proceso. Lo mismo con la compra del cemento y la construcción de casas, y también con el desayuno diario en las escuelas.

El 28 de julio Solidarios Sin Fronteras cumplió tres años de compromiso humanitario y trabajo incansable. Tres años de denunciar las atrocidades que se están produciendo en este país. Tres años de trabajo y entrega impagables. No tienen gastos de local, ni administraión, ni viajes, ni sueldos. Todo lo envían directamente a Yemen y la isla de Socotra.

Siempre hay algo que podamos hacer. ¿Cómo colaborar en Solidarios sin Fronteras? Donar puntualmente, hacerte socio por la cantidad que quieras, unirte a los grupos Teaming por 1€.  1€ =133litros de agua potable.  desayuno y educación: 525 niñas desayunan gracias a ti en plena guerra de Yemen. Los click no dan de beber o de comer, 1€ sí. Está en nuestras manos.

Hoy Eva y Faten sueñan con volverse a ver.

“No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas”

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