Sörensen: La entrada de Suecia en la OTAN es una gran amenaza para los pueblos nórdicos

El foco mediático se centra estos días en la inminente entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN. Un hecho que podría materializarse en la Cumbre que la Alianza atlántica realizará en Madrid los días 29 y 30 de junio.

Andreas Sörensen, Presidente del Partido Comunista Sueco (SKP), aborda esta cuestión en una entrevista para el periódico turco Evrensel.

Por Elif Görgü | Evrensel

¿Cuál es su posicionamiento sobre la entrada de Suecia y Finlandia a la OTAN?

Como comunistas, nos oponemos a cualquier alianza imperialista. Esto también se aplica a la OTAN, especialmente porque es la alianza imperialista más fuerte del mundo.

Las razones detrás de nuestra oposición son muchas.

En primer lugar, el proceso representa una gran amenaza para los pueblos de los países nórdicos y bálticos, ya que los intereses militares de la burguesía sueca estarán más claramente representados aquí.

En segundo lugar, la pertenencia significará que los jóvenes de nuestro país se enfrentarán a un mayor riesgo de ser enviados al extranjero para defender los intereses de la burguesía sueca en particular y los intereses comunes de la burguesía de los estados miembros en general.

En tercer lugar, esto representa un fortalecimiento de los intereses de la burguesía sueca en el sistema imperialista. La burguesía sueca es pequeña pero activa, con grandes intereses en el extranjero. Con las contradicciones que se agudizan dentro del sistema imperialista, es necesario que tomen nuevas medidas para asegurarlas.

¿Por qué el gobierno socialdemócrata, que antes estaba en contra de la OTAN, ahora quiere avanzar con la membresía?

Entendemos la realidad económica como el principal motor de la política. El Congreso Socialdemócrata de 2021 afirmó que «la libertad de alianza nos ha servido bien» y que Suecia «no debería convertirse en miembro de la OTAN». Un año después, son la fuerza motriz del proceso de afiliación. Esto es un reflejo de un rápido desarrollo y un cambio dentro del sistema imperialista.

La competencia entre el capital occidental y el ruso dio un paso cualitativo con la intervención en Ucrania. Para la burguesía sueca, la defensa de sus intereses se hizo más apremiante. La burguesía sueca ha realizado enormes inversiones en la zona del Báltico, donde también enfrenta la competencia rusa. Al mismo tiempo, el Mar Báltico es de interés estratégico no solo para Suecia, sino también para Rusia. La agudización general de las contradicciones refuerza estas contradicciones específicas.

También es importante señalar que Suecia tiene conexiones importantes tanto con el mercado alemán como con el estadounidense, lo que conecta los intereses suecos con estos dos países; y donde hay relaciones económicas, siguen también las militares y políticas.

La cuestión de si es comprensible o no, por lo tanto, no es la cuestión principal. Eso, por supuesto, es comprensible. Esto es comprensible desde la perspectiva de la burguesía sueca. Entendemos las razones detrás del desarrollo, pero la comprensión no significa aceptación.

Si la membresía se convierte en realidad, ¿Cómo afectará esto a las relaciones regionales e internacionales de Suecia?

Uno puede ver algunas consecuencias ante la membresía sueca en la OTAN. Lo más obvio es que las relaciones entre Suecia y Rusia seguirán deteriorándose y los intercambios económicos y políticos entre los dos países disminuirán.

La implementación oficial de la membresía también generará vínculos más fuertes en la esfera política, militar y económica con los Estados Unidos, Alemania y las otras potencias imperialistas en Occidente. Al mismo tiempo, también conducirá a la consolidación política de la región nórdica en el marco de la OTAN.

En general, esto es parte del proceso de consolidación de los bloques imperialistas del mundo. Las contradicciones agudizadas hacen que sea cada vez más difícil mantenerse neutral y existir fuera de cualquier bloque. Esta lógica se aplica no solo a Suecia y Finlandia, sino a todos los países capitalistas del mundo entero, ya que todos los países capitalistas son parte del mismo sistema.

¿Como Partido han lanzado una campaña contra la entrada de Suecia a la OTAN?

La población sueca permanece relativamente pasiva, aunque una proporción significativa rechaza la membresía. Sin embargo, no se visibiliza en las calles.

Se han producido protestas y manifestaciones pero sus participantes están ideológicamente fragmentados.

Una parte del movimiento apoya la intervención rusa y se posiciona contra el bloque occidental. Pero no hay una posición independiente de apoyo a los trabajadores de Ucrania y Rusia y de vincular el desarrollo de los sucesos al sistema capitalista.

Esta fragmentación ideológica se manifiesta en la confusión sobre lo que está sucediendo y la incapacidad para analizar y movilizar de manera efectiva. Es por eso que hemos optado por distanciarnos del movimiento como tal y, en cambio, centrarnos en nuestro propio trabajo.

¿Cómo ha afectado a Suecia la guerra en Ucrania?

La guerra en particular y las contradicciones agudizadas en general han afectado a Suecia de diferentes maneras.

Es obvio que la guerra ha significado que la burguesía haya podido rechazar oficialmente la neutralidad y así buscar el ingreso en la OTAN, lo que a su vez afectará la situación de seguridad en nuestro país.

Además de esto, el clima político ha cambiado. La llamada «solidaridad» con Ucrania ha alcanzado proporciones extremas. Se cancelaron las bandas que tocaban música folclórica rusa, se retiró la comida rusa de los estantes y se destrozaron nuestras oficinas en Malmö debido a nuestra oposición al envío de armas a Ucrania.

Al igual que en el resto del mundo, el precio de los alimentos y la vivienda ha aumentado considerablemente en los últimos meses y el aumento del costo de vida ha ejercido más presión sobre la gente aquí. Esto es en parte el resultado de las sanciones contra y desde Rusia, pero también es el resultado de las contradicciones generales dentro del sistema, que afectan al petróleo, el gas y una serie de otros factores.

¿Cuál es vuestro posicionamiento sobre el veto del gobierno turco a la entrada de Suecia y Finlandia a la OTAN?

En Suecia, la cuestión se ha presentado como si comenzara y terminara con la cuestión kurda. Suecia ha otorgado asilo a varios refugiados kurdos de Turquía, a quienes Turquía ahora quiere extraditar. De vez en cuando, también se levanta el embargo de armas impuesto por Finlandia y Suecia a Turquía en 2019. Sin embargo, la mayoría de las veces, los medios se centran en la cuestión kurda.

Esto es en parte una vía secundaria, ya que la posición de Turquía dentro del sistema imperialista permanece oculta con este tipo de información.

Lo que podemos ver es que Turquía depende, en muchos sentidos, más de Rusia que de Estados Unidos. Los volúmenes de comercio entre Turquía y Rusia son mayores que entre Estados Unidos y Turquía.

La inversión turca en Rusia es más importante que la inversión turca en Estados Unidos. La situación energética en Turquía hace necesario mantener relaciones al menos aceptables con Rusia.

La construcción de una central nuclear en el sur de Turquía por parte de Rusia es un incentivo muy importante para mantener buenas relaciones con Rusia; Turquía ha optado por comprar armas rusas en lugar de Estados Unidos.

Entonces, uno tiene que preguntarse: ¿cuál podría ser una buena manera para que Turquía le muestre a Rusia que no está tomando automáticamente una posición pro estadounidense? Negar la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN. Al final, es poco probable que rechacen la membresía de Suecia y Finlandia, pero aun así habrán mantenido un cierto nivel de relaciones amistosas con Rusia a través de sus acciones.

Insistimos, pues, en que el factor económico es el principal motor de la política de un determinado país.

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