Y si no, recuerde usted que el primer éxito de Vox, el de Andalucía, se produjo cinco meses después de que Casado “conquistara” la presidencia del PP.
Pero se dice de los jóvenes que pueden cometer errores porque tienen tiempo para corregirlos, aunque las excepciones existen.
21/07/2018. Casado fue elegido presidente del PP, pero todo el mundo sabe que eso ocurrió porque Núñez Feijoo se retiró de esa competencia interna forzada por el éxito de la moción de censura.
29/09/2018. El TS decidió no investigar el título de master de Casado, pero sí vio indicios de “trato de favor” porque la famosa URJC no le exigió lo mismo que al resto de los alumnos. Y el TS tampoco investigó el cohecho porque, si existiera ese delito, habría prescrito (5). La sala del Supremo que “salvó” a Casado estaba presidida por el juez Marchena quien, menos de dos meses más tarde sería el protagonista del mensaje de teléfono móvil más famoso de la historia del Senado, firmado por Cosidó, del PP*.
28/04/2019. El PP presidido por Casado perdió el 45% de los votos y el 52% de los escaños obtenidos en las elecciones generales anteriores, celebradas el 26 de julio de 2016.
Desde agosto de 2019 y ante las elecciones generales del 10 de noviembre Pablo Casado fracasó sin paliativos en su intento de convencer a Ciudadanos y Vox para que aceptaran integrarse en una coalición, España Suma, que, para empezar, el PP ya había demostrado la mala fe negociadora de registrarla a su nombre en el organismo público correspondiente.
10/11/2019. Mención aparte en el currículum de fracasos de Casado merecen las últimas elecciones generales celebradas en España.
Cuando a las 20 horas de Canarias votó la última persona, aquellas urnas guardaban un enorme potencial de crecimiento electoral y parlamentario para el PP de Casado, cuyo reparto se conocería pocas horas más tarde.
Por una parte, estaban los 6.085.708 votos que podría haber recuperado Casado, resultado de la suma de los 3.567.583 que el mismo PP había perdido en las elecciones del 28 de abril, más los 2.518.125 que perdería Ciudadanos el mismo 10 de noviembre. Pues bien, de ese gran capital de derechas y solo de derechas pendiente de dueño, el PP solo consiguió hacerse con el 10,6%, es decir, 646.216 votos, lo que demostró que ni a su propio electorado logró venderle la idea de su frustrada “España suma”. Tan fácil puso la burla que hasta un fracasado Rivera pudo rechazarla contestando al propio Casado “pero la corrupción resta”.
Por otra, el poder parlamentario, es decir, los escaños en juego a la misma hora de Canarias. Eran en total 118, de los cuales 71 los había perdido el propio PP el 28 de abril y los 47 restantes serían los que quedaron fuera de esas mismas urnas de noviembre, pero que en las anteriores habían pertenecido a Ciudadanos.
Pues bien, en este caso, y a pesar de una ley electoral que no respeta el artículo 14 de la Constitución y lleva 42 años premiando injustamente al PP y al PSOE, de esos 118 escaños que podía recuperar la derecha Casado solo consiguió 23 para el PP, es decir, un 19,5%. Y eso recibiendo un 8,9% más (19,5% – 10,6%) de los que merecería, al haber recuperado solo un 10,6% de la gran montaña de votos que buscaban un líder confiable.
¿Y que partido triunfó mientras el PP de Casado fracasaba dos veces seguidas?
El de Abascal, que consiguió el 10N 951.971 votos más de los que había conseguido el 28 A, de donde venía con 2.688.092. Además, entró en el grupo de injustamente favorecidos por la ley electoral, en mi opinión anticonstitucional, al conseguir con ese menos de un millón de votos más que duplicar el número de escaños que había conseguido con los más de dos millones y medio de abril.
Para terminar con el currículum electoral de Casado, las dos encuestas realizadas tras las elecciones del 10N, es decir, a un electorado ya conocedor del fracaso del también joven y “con derecho” a equivocarse Rivera, vuelven a certificar que Casado no recupera ni décimas de los votos perdidos. De hecho, pierde dos escaños en la de Celeste Tel para El Diario y casi un 1% de votantes en la del CIS.
07/01/2020. Solo con lo que salió a la luz del comportamiento de Casado durante la investidura de Pedro Sánchez, su éxito solo puede calificarse como un fracaso personal del líder del PP, del que solo se salva, en parte, al tener que compartirlo con la Arrimadas que llamaba descaradamente a la traición “valiente” (¿¿¿¡¡¡!!!???) de los diputados del PSOE. Pero Casado tiene 8,9 veces más responsabilidad que los de Ciudadanos en el fiasco que para el PP supone ver a Sánchez presidente.
14/01/2020. Borja Semper, sobre quien no es necesario extenderse, es la última prueba de que el fracaso de Casado tiene también una dimensión interna en su propio partido. Protagonismos insufribles como el que ha proporcionado a Cayetana son de los que envenenan de manera irreversible hasta la organización más podrida.
16/01/2020. En la mañana de ayer mismo Casado declaraba lo siguiente: “Y espero, porque confío mucho en el CGPJ, no como la izquierda, que hoy también declarará que la fiscal general del Estado propuesta por Sánchez no reúne los requisitos de idoneidad. La legislación española exige la imparcialidad que una diputada del PSOE no tiene”. No es menos fracaso que, tras tanto descaro, por la tarde el mismo CGPJ frustrara la “esperanza” de Casado, como el hecho de que, de propina, haya conseguido dividir ese organismo, aislando a los siete jinetes del “apocalipsis” (ver Sánchez durante la investidura), que lo apoyarán hasta la muerte.
Ante tanto fracaso, como tantas veces nos ocurre, regresan las preguntas y algunas reflexiones.
Lo que el electorado de derechas no perdona son las ineficiencias y los fracasos de sus líderes. Por eso le negó a M. Rajoy, el 20D de 2015 y el 26J de 2016, tres millones de los votos que le había entregado en 2011. El gallego, además de aprovecharse de la salida a la crisis económica propiciada desde el BCE y la UE para cultivar en España más desigualdad que en el resto de Europa, dejó la crisis con Catalunya en una situación tal que hasta el más desinformado de sus votantes podía ver el abismo hacia el que su “no política pero sí jueces” nos había precipitado.
¿Cuántos fracasos más de Casado hacen falta para que algunos del PP comiencen a reaccionar?
Respuesta: la incapacidad de responder a los desastres en sus cúpulas, también en la de Ciudadanos, demuestra que la crisis de la derecha es de una profundidad aún desconocida y que, ciertamente, muchos de los del PP que se dieron cuenta de que Casado era igual a fracaso decidieron regresar al pasado migrando a Vox o, por suerte para España, a muchos otros les ganó la indecisión y decidieron no confiar en ninguno de los tres.
En el contexto actual, resultaría difícil de comprender que Sánchez e Iglesias, que por fin gobiernan, no aprovecharan para dar la puntilla a una derecha cuyos últimos coletazos pueden constituir un verdadero peligro (el despacho del abogado Boye ha sido asaltado esta noche, y viene de lejos la obsesión ultra contra la abogacía que defiende a víctimas y minorías).
Aunque solo sea, pues seguiremos teniendo dos extremidades a cada lado del cuerpo social, para propiciar que nos puedan cambiar las de la derecha por una o varias nuevas, pero que sean europeístas de verdad y convencidas de la democracia sin apellidos. Sin ir más lejos, que se parezcan algo a la vasca o la catalana (3).
Para terminar, y a cuento del comentario tonto vertido por otro personaje también importante, también peligroso y también muy de derechas, es decir, el rey, cuando finalizó la ceremonia de promesas del nuevo gobierno pedí en algún sitio que, ya que la Constitución que tanto le protege no lo impide, se someta a este hombre a un test de inteligencia, pues a ningún inviolable, ni tampoco “violable”, lo van a juzgar jamás por la nota que obtenga en esa clase de examen.
De la misma manera, y para evitar que Casado nos recuerde al arquetipo del denominado “imbécil de salón” o “intelectualoide”(2), al tratarse de un alumno que podría haber recibido un “trato de favor”, que todo el mundo sabe que eso significa conseguir un título estudiando menos que el resto de los alumnos, o incluso nada, lo menos que podíamos esperar de un juez inteligente como Marchena es que, en su auto salvavidas para el entonces flamante nuevo presidente del PP, le hubiera “aconsejado” cursar de nuevo el master que se vio obligado a hacer público ante los medios para que no le pillaran como a su correligionaria y compañera de universidad, la ex Cristina Cifuentes.
Pero, desde que saltó el “asunto Cosidó”, es natural que pensemos que al juez Marchena le debió poder más la simpatía por aquel joven que, siendo ya muy importante en el PP, no fue capaz de disimular su odio hacia media España, o más, cuando en 2015 se burló de “la guerra del abuelo y las fosas de no sé quién” (4).
Notas
(1) El mensaje por wapp del senador Cosidó, del PP, a los miembros de su grupo parlamentario no tiene desperdicio, y es mucho más que la mínima frase que lo convirtió en histórico: según los medios que lo reprodujeron, decía lo siguiente:
“El pacto previo suponía (10 PSOE + 10 PP + el presidente (Magistrado del Supremo) PSOE = 21) y sin derecho a veto de los candidatos propuestos por el otro.
= (12 jueces + 8 juristas de reconocido prestigio (JRP) + 1 presidente) = 21
= ((3 jueces PP Congreso + 3 jueces PSOE Congreso + 3 jueces PP Senado + 3 jueces PSOE Senado) + (2 JRP PP Congreso + 2 JRP PSOE Congreso + 2 JRP PP Senado + 2 JRP Psoe Senado) + 1 presidente = 21
Dicho de otra manera: El PP hubiera tenido 10 vocales, y el PSOE 10 vocales + el presidente = 11.
Con la negociación, el PP tiene 9 vocales + el presidente = 10, y el PSOE tiene 11 vocales.
Con otras palabras, obtenemos lo mismo numéricamente, pero ponemos un presidente excepcional, que fue vetado por Rubalcaba en 2013, y ahora no. Un presidente gran jurista con muchísima experiencia en el Supremo, que prestigiará el TS y el CGPJ, que falta le hace, y con una capacidad de liderazgo y auctoritas para que las votaciones no sean 11-10 sino próximas al 21-0. Y además controlando la sala segunda desde detrás y presidiendo la sala 61. Ha sido una jugada estupenda que he vivido desde la primera línea. Nos jugábamos las renovaciones futuras de 2/3 del TS y centenares de nombramientos en el poder judicial, vitales para el PP y para el futuro de España.
Lo único que puede sonar mal son los nombramientos de algunos vocales del PSOE, pero el pacto previo suponía no poner vetos a nombres, para no eternizar la renovación que tiene fecha de caducidad el 4 de diciembre. En cualquier caso sacar a de Prada de la Audiencia Nacional es bueno. Mejor de vocal que poniendo sentencias contra el PP.
Otra consideración importante, es que éste reparto 50% para los próximos años, supone más de lo que nos correspondería por el número de escaños o si hubiesen entrado otras fuerzas políticas.
En fin, un resultado esperanzador. Lo que leo estos días es de una ignorancia que raya el delito. Si alguien quiere más detalles, estoy encantado. Abzo fuerte”.
(2) Ver, entre millones de resultados en Google, “fauna humana” en “sección femenina”, un blog de wordpress.
(3) Procedimiento para ayudar al nacimiento de una derecha europeizada en España: adaptar a la coyuntura actual una acción de democracia directa como la que Suárez convocó en diciembre de 1976 para neutralizar, durante la transición, a lo peor de aquel franquismo que él mismo había compartido. Ver artículo 23 de la Constitución vigente.
(4) Es fácil comprobar que a Pablo Casado no solo no le importa despreciar a los familiares más queridos por casi cualquier persona. Tampoco renuncia a mentir sobre su propio abuelo. Se puede acudir, por ejemplo, al muy documentado artículo publicado por el periodista José María Garrido en “El Plural” el día 23 de julio de 2018.
(5) Incluso un tribunal de Palma dictó en los años 90 una sentencia contra el presidente Cañellas (del PP, por supuesto) que, sin poderlo condenar por la prescripción del delito, pero sí gracias a que lo investigó y pudo juzgar a otros implicados, dejó a don Gabriel tan tocado que a Aznar no le quedó más remedio que sacrificarlo para diferenciarse del Felipe González inundado por las corrupciones del AVE y Filesa, entre otras.
Domingo Sanz – Politólogo
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