Solidaridad Internacionalista para Confrontar el Imperialismo

Desde las selvas, calles, barriadas y llanuras de Colombia y la Patria Grande las Farc EP Segunda Marquetalia saluda a los partidos políticos, organizaciones sociales y personalidades que desde distintas latitudes se han sumado a este llamado solidaridad con los pueblos que estamos en resistencia.

El escenario al que nos enfrentamos hoy convoca la necesidad de la unidad de las luchas actuales de los pueblos latinoamericanos, caribeños y del mundo que combatimos contra regímenes oligárquicos alineados incondicionalmente al imperialismo y al capital global que actualmente se encuentra en un momento de tensión y recomposición de su proyecto de dominio y expansión económica y militar.

La actual etapa del capitalismo en su fase imperialista, se encuentra en una crisis que sobrepasa lo económico y que en todo este periodo ha tratado de redefinir el mundo, librando una guerra en varios escenarios: entre ellos el económico, el militar, el ideológico, el comunicacional.

Esta crisis a la que nos ha llevado el actual modo de producción es una crisis civilizatoria signada por la decadencia y por la involución que tiene su impacto en la crisis social, en la crisis ambiental, en el deterioro de los sistemas sanitarios y los servicios públicos, en la profundización de la crisis alimentaria, en el campo militar, en la crisis migratoria, así como también en la conciencia de hombres y mujeres, en su cultura material y espiritual, en la memoria histórica de los pueblos.

El actual conflicto entre Rusia y Ucrania, que amenaza con extenderse al Norte global con una posible intervención de la OTAN, representa hoy las contradicciones del capital y su crisis, que intenta rehabilitarse por medio de la guerra y de un reacomodo de los poderes globales.

Los pueblos del mundo nos enfrentamos a un poder global imperial que se resiste agresivamente a aceptar su declinación y que avanza ferozmente en función de la conformación de un “nuevo-viejo” orden mundial hegemonizado por EEUU y parte de la vieja Europa”, un orden que violenta todas las normas de convivencia pacífica provocando conflictos y un caos global administrado desde el pentágono e impugnado por gran parte de la humanidad.

La OTAN que surgió como organización militar anti comunista, de la post guerra, hace tiempo que perdió sentido en su rol original como contención del antiguo Pacto de Varsovia, sin embargo en vez de desaparecer se ha redefinido, fortalecido y extendido, convirtiéndose en la principal herramienta del imperialismo para ejecutar sus devastadoras guerras por lo general vinculadas a los proyectos de explotación minero-energética en pueblos como Kuwait, Afganistán, la ex Yugoslavia, Kosovo e Irak donde se cuentan un millón de víctimas y la destrucción de patrimonios culturales de inmenso valor.

La incorporación de la tecnología, del elemento comunicacional y principalmente del mercenarismo le han dado nuevos matices a la guerra, entre otros el de profundizar un mercado de la muerte y la violencia corporativa con el surgimiento de decenas de corporaciones de seguridad y de ejércitos privados, conformadas por mercenarios de todo el mundo y que se convierte en la herramienta del capital para la defensa de su proyecto de dominación, este mercado de la muerte en la actualidad representan un importante eje de acumulación del capital.

La violencia sigue siendo como enunciara Carlos Marx la partera de la historia.

El modo de producción capitalista en su lógica de acumulación está vinculado intrínsecamente al ejercicio de la violencia, una violencia que se manifiesta de distintas maneras, en la falta de pan, de salud, de techo, de educación, de trabajo.

En nuestro continente, todavía hoy el imperialismo apela a la mal llamada doctrina Monroe, encontrando eco en algunos gobiernos genuflexos y en organismos regionales que le han servido de receptáculo como la mal llamada OEA. La historia del imperialismo apoyada en lo que ellos consideran como su patio trasero, ha sido de horror y sangre, con sus cañoneras, intervenciones, despojo de territorios como a México, apropiaciones coloniales a Puerto Rico, bloqueos criminales a Cuba, Venezuela… Golpes de Estado, imposición de dictadores, entre otros.

Sin embargo, la lucha y la movilización antes de frenarse se ha profundizado y levantando las banderas de Bolívar, Fidel, Chávez, Sandino, Zapata, Allende, el Che y Marulanda continua su imparable lucha por el socialismo y la Patria Grande, prueba de esto son las grandes movilizaciones que se han dado recientemente en países como Chile, Colombia, Ecuador, Bolivia, entre otros.

Hoy el imperialismo pretende bajo una política de pillaje seguir esquilmando nuestros recursos, interviniendo a través de sus multinacionales extractivas, creando daños ecológicos insalvables, sometiéndonos a través de sus organismos financieros a una deuda impagable profundizando un dominio militar mediante una serie de tratados que en suma se inscriben en su política de recolonización.

El Caso Colombiano hay que destacarlo no solo por la presencia de las bases estadounidenses en sus territorios, sino por los recientes compromisos con sus consecuentes implicaciones, compromisos que ha asumido el país como un socio activo de la OTAN en nuestro continente, lo cual es un indicador de la crisis capitalista a escala mundial en el afán de no perder su hegemonía en una correlación de fuerzas mediada por la irrupción de los proyectos progresistas de la región y de las grandes movilizaciones populares como es el caso de Chile, Ecuador, Bolivia, Colombia, entre otros.

El Estado Colombiano juega un rol determinante en los diseños de la política de expansión global del imperialismo. Un rol de contención de las iniciativas insurgentes y de resistencia de los pueblos, de agresión frente a los demás países del continente y el Caribe, con el envió de mercenarios a distintos conflictos en el mundo, ejemplo de ello ha sido la participación en el magnicidio del presidente de Haití.

En este contexto es importante señalar las maniobras conjuntas entre Colombia y la lV flota norteamericana, que incluían la presencia de un submarino con armamento nuclear en las aguas de Cartagena en el caribe colombiano.

Este panorama en el caso de Colombia es profundizado con una política de guerra contra el pueblo colombiano, política que se aceleró posterior a la traición que representaron los fallidos acuerdos de paz. La política de Pax romana que implementó el Estado colombiano traicionando la voluntad de paz de la insurgencia ha generado desde el 2016 (año de la firma del acuerdo) hasta la fecha la macabra cifra de 1.327 líderes sociales asesinados, 228 masacres y 308 excombatientes de las FARC EP firmantes del acuerdo de paz. Solo en este año se han perpetrado 22 masacre, y se ha asesinado a 41 líderes sociales y 9 excombatientes firmantes del acuerdo de paz.

Cuando firmamos el Acuerdo de la Habana lo hicimos con la convicción de que era posible cambiar la vida de los humildes y los desposeídos, de darle otra dirección a la histórica espiral de violencia que caracteriza a Colombia. Pero el Estado no cumplió ni con la más importante de sus obligaciones, que es garantizar la vida de sus ciudadanos, y particularmente la de evitar el asesinato por razones políticas.

Toda esta persecución, los asesinatos, la trampa, la traición, la perfidia, la modificación unilateral del texto del Acuerdo, el incumplimiento de los compromisos por parte del Estado, los montajes judiciales y la inseguridad jurídica, nos obligaron a regresar a la clandestinidad. Nunca fuimos vencidos ni derrotados ideológicamente. Por eso nuestra lucha continuó. La historia registrará en sus páginas que fuimos obligados a retomar las armas. Somos herederos directos del legado de Manuel Marulanda Vélez. Somos la continuación de aquella gesta que se iniciara en Marquetalia en 1964.

Agradecemos todas las expresiones de solidaridad de nuestras hermanas y hermanos de lucha en todos los rincones del mundo.

En medio del caos y la incertidumbre que genera la actual crisis civilizatoria reafirmamos en el contexto de este evento el enorme valor de la solidaridad entre los pueblos que resisten los embates del imperialismo, reivindicamos y apelamos al derecho de los pueblos a la rebelión armada y a la UNIDAD de todas las conciencias que confluyen desde todos los puntos cardinales de América latina, el caribe y el mundo donde palpita el anhelo de una verdadera paz con justicia social para todos y todas.

¡Con Bolívar, con Manuel, con el Pueblo al Poder!

Comisión Internacional

FARC EP Segunda Marquetalia

Montañas de Colombia 19 de febrero de 2022

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