“S&M2”, la sinfonía infinita de Metallica

Por Antonio Mautor

Cómo pasa el tiempo. Ya han transcurrido 20 años desde que Metallica se decidiera a lanzar “S&M”, un experimento con orquesta sinfónica, que extendió el universo de la banda de San Francisco a otras vías desconocidas hasta ese momento para ellos. 

El tiempo no pasa en balde. A todos nos afecta, y Metallica no iba a ser una excepción. Aún así nos encontramos ante un álbum, más que digno, distinto al primero, y que sigue manteniendo la llama del espíritu del grupo en todo lo alto del star system metalero.

La gran diferencia de esta segunda parte con respecto a la primera, es el repertorio. Los temas elegidos para esta ocasión, distan de los que formaron parte en el primer set list, y por tanto el trabajo tiene un aroma novedoso, aunque nos encontremos a fin de cuentas con la misma propuesta musical. 

El álbum se encuentra divido en dos partes bien identificables, con un interludio en donde la orquesta es la principal protagonista del evento. No debemos olvidar, que aquí Metallica debe ceder protagonismo a su pareja de baile, y de hecho consciente de ello lo hace. 

La primera parte del disco se centra en canciones que pertenecen por así decirlo, a la época más moderna de la banda. Casi todos los temas, toman como punto de partida el “Black Album” y desde ahí hacen un recorrido por la historia reciente de los cuatro jinetes metalizados. Eso sí, nos encontraremos dos grandes excepciones, “For WhomThe Bells Tolls” y “The Call Of Kthulu” haciendo este tema de intro al concierto de una manera espectacular, y que sitúa al fan de la banda ante el banquete sonoro de gran calidad al que va a tener el gusto de asistir. 

Cortes como “The Day That Never Comes”, o la archiconocida “Moth Into Flame”, no están del todo conseguidas, la orquesta gana el pulso a la banda, y el sonido de la misma queda un poco en un plano secundario, al igual que la voz de James Hetfield, por cierto, voz que en otros pasajes del show está a un gran nivel. 

“Confusion” raya a gran nivel, y creo que debería haber sido el camino a tomar para que hubieran cuadrado mejor los temas anteriormente comentados. Me gusta especialmente la sección rítmica, con un Trujilllo y Ulrich a gran nivel. 

“No Leaf Clover” alcanza un punto de calidad muy alto, y la compenetración entre la banda y la orquesta es casi perfecta. Unir una banda de metal con músicos habituados a ser dirigidos por un director, y sin tener que esperar que entre una formación de “música moderna” a la vez que ellos en la composición, no es nada fácil de conseguir. 

La parte central del disco está dedicada a homenajear a la orquesta en si y a los directores de la misma Michael Tilsson-Thomas y Edwin Outwater. Para ello interpretarán obras clásicas de Prokofiev y Alexander Mosólov. Las piezas son “The Scythian Suite” y “The Iron Foundry”. 

Llegamos a la parte más potente y arrolladora de este “S&M2”, Metallica tira de hits y lleva al éxtasis a los allí convocados para ver el espectáculo, y por qué no decirlo también, a todos lo que escuchamos con atención el disco. 

Con la excepción de “The Unforgiven III” y la reciente “All Within Hands”, los de San Francisco arrollan con “(Anesthesia) – Pulling Teeth”, “Wherever I May Roam”, para acabar con dos de los temas más conseguidos del trabajo: “One” y “Master Of Puppets”. También consiguen cotas de perfección absoluta con “Enter Sandman” y la celebérrima “Nothing Else Matters”.

Un gran álbum para celebrar 20 años de su primer disco con orquesta, pero sobre todo para festejar que Metallica sigue en pie, a pesar de la que está cayendo sobre todos nosotros; esto a día de hoy es mucho, sin duda.

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