Basta con mirar el mapa de los países que han iniciado la vacunación contra la COVID-19 de determinados grupos de ciudadanos. A la vista los países pobres que «son los más afectados por la inequidad en la distribución de vacunas antiCovid-19 y sufragarán altos precios para lograr inmunizarse», afirmó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
El titular de la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue categórico: ‘Tengo que ser franco: el mundo está al borde de un catastrófico fracaso moral, y el precio de este fracaso se pagará con vidas y medios de subsistencia en los países más pobres del mundo’.
La rapiña por los insumos médicos al inicio de la pandemia anunciaba ese catastrófico fracaso moral, mientras Cuba se atrevía a ser solidaria con decenas de países enviando sus médicos y paramédicos para paliar el déficit de personal y el agotamiento de los héroes que se batían en la llamada línea roja.
En diciembre dos grandes bloques habían acaparado el mayor número de dosis. Se trata de la Unión Europea y Estados Unidos. Entre ambos han adquirido 2.600 millones de dosis, un 35,8% del total ya adjudicadas. Sólo la India, con unas compras estimadas de 1.500 millones (un 20%) se aproxima, según indicó la web VisualCapitalist.
Otro dato de la OMS pone el dedo en la llaga. Mientras que en 49 países de ingresos altos y medios se han distribuido 39 millones de dosis de vacunas, en un solo país de ingresos bajos apenas 25 personas han sido inmunizadas, llamando la atención sobre la inequidad que está ocurriendo y que tanto han luchado por evitar a través de COVAX, una iniciativa que está siendo obstaculizada por contratos bilaterales entre compañías y naciones ricas.
Ante este panorama no parece que exista armisticio en la guerra por las vacunas. El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, en su cuenta de Twitter llamó la atención sobre el hecho de que apenas 10 países compraron el 95 por ciento de las vacunas contra la pandemia producidas, una cifra que arroja dudas acerca de las posibilidades reales de inmunización para el mundo en vías de desarrollo.
«¿Cómo podría garantizarse el acceso equitativo a la inmunización en las naciones del Sur?», se preguntaba el jefe de la diplomacia de la isla; asimismo, indagaba cómo podría asegurarse la vacunación a los pobres y familias vulnerables, y cuánto tiempo tomaría implementarlo.
En ese escenario, Cuba y Venezuela avanzan en la creación del Banco de Vacunas para la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos, iniciativa que busca garantizar la vacunación de los pueblos del mecanismo de integración.
De acuerdo con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, este tema formó parte de los asuntos abordados durante la visita a la nación caribeña, el fin de semana último, de la vicepresidenta Delcy Rodríguez, quien desarrolló una intensa agenda de trabajo con las autoridades cubanas.
La isla podría iniciar en marzo próximo el uso de emergencia de alguno de sus cuatro candidatos vacunales contra la Covid-19, según confirmó a la televisora Russia Today el presidente del Grupo Empresarial de Industrias Biotecnológica y Farmaucética (BioCubaFarma), Eduardo Martínez.
«Los estudios clínicos de la fase 3 de la vacuna que va más adelante podrían comenzar en el mes de marzo. A partir de los resultados, y conociendo los de otros candidatos a nivel internacional, podríamos aspirar a un uso de emergencia para empezar a hacer vacunaciones masivas a las personas de mayor riesgo», aseveró, de acuerdo con Prensa Latina.
La solidaridad es el camino, pero por el momento no hay armisticio en la guerra por las vacunas. Desde Cuba esperamos otro resultado.
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