Nuevas violaciones al alto el fuego en la frontera de Armenia y Azerbaiyán dejan expuesto el estancamiento del proceso de negociaciones de paz entre estos países.
Por Betty Arslanian | 23/02/2024
El 13 de febrero, las Fuerzas Armadas azerbaiyanas atacaron el sur de Armenia, dejando un saldo de cuatro soldados muertos. La parte armenia acusó a Azerbaiyán de continuar con un comportamiento agresivo y evadir por todos los medios las opciones para llegar a un acuerdo de paz.
Ante los últimos sucesos, el primer ministro armenio, Nikol Pashinian, asegura que Azerbaiyán planea «operaciones militares en algunas partes de la frontera» que pueden convertirse en «una guerra a gran escala contra la República de Armenia».
A pesar de que los representantes de las comisiones de demarcación fronteriza de cada país se reúnen regularmente para avanzar en la delimitación de la línea de contacto, las autoridades armenias insisten en que Azerbaiyán no respeta el consenso previamente adoptado con la Declaración de Almá-Atá de 1991, que define las fronteras de los países a partir de su independencia de la Unión Soviética. Para Armenia, esta declaración debe ser la base política y el proceso de delimitación de la frontera.
En este contexto, el Gobierno armenio parece haber dado fin a la cuestión de Nagorno Karabaj, aunque sectores opositores continúan responsabilizando a la Administración de Pashinian de las recientes crisis y se niegan a dar vuelta a la página.
El enclave de Nagorno Karabaj, reconocido internacionalmente como parte del territorio de Azerbaiyán, estaba poblado por una mayoría de personas de etnia armenia. Pero, una operación militar, en septiembre de 2023, llevó a la capitulación de las autoridades de esa autoproclamada república, que desapareció oficialmente el pasado 1 de enero, en medio de una crisis humanitaria pues los cerca de 120.000 armenios étnicos de la región tuvieron que huir a territorio armenio.
Ahora, al tiempo que las autoridades armenias continúan con la asistencia a los desplazados forzosos de Nagorno Karabaj, que han encontrado refugio en Armenia, exigen la retirada de las tropas azerbaiyanas de 215 km2 de territorio soberano armenio y la ocupación de 31 aldeas. Nikol Pashinian ha afirmado que tiene objetivos legítimos en el ámbito de la defensa de su país y reconoce la integridad territorial de todos los países vecinos.
En el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich, el canciller de Alemania, Olaf Scholz, reunió a Pashinian y al presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev. Como resultado del encuentro, el mediador alemán expresó que su país hará esfuerzos para acercar a las partes a un acuerdo de paz.
El giro a Occidente
En este escenario, el Gobierno armenio acelera la profundización de lazos con sus socios occidentales, fundamentalmente en el área de la seguridad nacional. Diferentes decisiones de quienes lideran el ámbito de la defensa en Armenia notifican una inclinación hacia la OTAN. El ministro de Defensa armenio, Suren Papikyan, exigió que el Estado Mayor nombrara a oficiales formados según las normas de la OTAN para ocupar cargos superiores. A su vez, los contactos de los militares armenios con diplomáticos y militares rusos fueron restringidos.
El alejamiento palpable de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), de la que Armenia es miembro desde 1992, abrió el camino a un giro hacia Occidente. La distancia fue marcada por el rechazo de la parte armenia a participar en los encuentros de jefes de Estado y representantes de otros niveles de la OTSC, así como también por los entrenamientos militares organizados para los ejércitos de los países miembros.
Desde la línea contraria, en 2023, Armenia fue anfitriona de los ejercicios Eagle Partner junto a unidades militares de Estados Unidos. Además, recientemente el Ministerio de Defensa anunció que los nuevos uniformes del Ejército armenio seguirán los estándares de los países de la OTAN.
Ante los rumores de abandono de la OTSC, las autoridades rusas han explicitado su descontento en diferentes ocasiones. Mientras la parte armenia justifica su alejamiento con cuestionamientos al accionar de Rusia como aliada estratégica.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en una crítica directa a Nikol Pashinian, expresó sus deseos de que «ninguna Administración temporal» destruya los antiguos lazos entre Rusia y Armenia. Asimismo, el canciller ruso aseguró que la cooperación cercana con la OTAN afectaría la soberanía y la seguridad de Armenia, ya que su verdadero objetivo es fortalecer sus posiciones en la región y crear un nuevo foco de tensión después de los Balcanes, el Oriente Medio y Ucrania.
Por su parte, las autoridades armenias negaron que la decisión de la salida de esta alianza militar se encuentre en el orden del día del Gobierno, aunque simultáneamente han emprendido pasos para profundizar los vínculos con la OTAN. Recientemente, el representante especial para el Cáucaso y Asia Central de la OTAN, Javier Colomina, fue recibido cálidamente en Ereván por funcionarios de alto nivel.
En este marco, el Gobierno de Nikol Pashinian continúa tensando aún más de la cuerda rusa y ha determinado ratificar el Estatuto de Roma. Desde febrero, comenzó a correr la afiliación de Armenia en la Corte Penal Internacional, lo que implica cumplir con su jurisdicción y la orden de arresto emitida contra el presidente de Rusia, Vladimir Putin, acusado de crímenes de guerra en Ucrania.
A pesar de que el secretario de prensa del presidente de Rusia, Dmitry Peskov, advirtió que esta decisión de Armenia sería «muy hostil», la Asamblea Nacional armenia avanzó en esta medida, al ver una posibilidad de juzgar los crímenes de guerra cometidos por el liderazgo azerbaiyano sobre territorio soberano armenio a partir del 12 de mayo de 2021.
Hacia una nueva Constitución
En la otra orilla, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, que logró el 7 de febrero un quinto periodo en el cargo, con el 92,05% de los votos, continúa interviniendo en los asuntos domésticos del país vecino.
El primero de febrero, el mandatario azerbaiyano exigió que Armenia cambie su Constitución Nacional bajo la amenaza de no firmar un tratado de paz. Sus exigencias apuntan a que Armenia abandone la Declaración de la Independencia que “contiene llamados directos a la unificación de la región de Karabaj de Azerbaiyán con Armenia y a la violación de la integridad territorial de Azerbaiyán”.
Por su parte, el primer ministro armenio aseguró que su intención de implementar una nueva carta magna no gira en torno a los reclamos del mandatario azerbaiyano, sino a hacer al país “más competitivo y viable”.
En enero, el primer ministro cuestionó el territorio de Armenia comprendido dentro de las fronteras soberanas e internacionalmente reconocidas. Al respecto, el mensaje de Pashinian fue: «Expreso esta opinión para que sea objeto de un debate más amplio: la República Armenia necesita una nueva Constitución, no enmiendas constitucionales”. Sin embargo, el mandatario planteó su satisfacción con el actual modelo de gobernanza parlamentario – adoptado a través de un referéndum en 2015, que puso fin al sistema semipresidencialista-.
Diputados de la oposición de la Asamblea Nacional plantearon su disconformidad con la iniciativa oficialista y acusaron al primer ministro de ceder ante las exigencias de Azerbaiyán y Turquía.
Estos parlamentarios emitieron un comunicado insistiendo en que Nikol Pashinian pretende preparar el terreno para cumplir otra de las “incesantes exigencias turco-azerbaiyanas”. Según su mensaje, estos países previamente habían instado a la eliminación de los documentos fundamentales de Armenia que contengan disposiciones sobre el apoyo al derecho de autodeterminación del pueblo de Nagorno Karabaj y la búsqueda del reconocimiento internacional del genocidio armenio, siendo “un nuevo ataque a uno de los pilares de la Tercera República de Armenia”.
En torno a la creación de una nueva Constitución, el primer ministro armenio expresó su anhelo de dar inicio a la “cuarta República de Armenia”, dejando atrás una tercera originada a partir de su independencia del bloque soviético.
Este artículo fue publicado originalmente en el medio France24
Se el primero en comentar