En medio de la pandemia se cumplen 12 días de la huelga indefinida de Nissan en Montcada (Barcelona) a pesar de que en enero Pedro Sánchez aseguraba que:
«El mantenimiento del empleo en la planta de Nissan en Barcelona está garantizado. Durante nuestro encuentro de hoy en #Davos2020, el Gobierno de España y @Alliance_RNM hemos reafirmado nuestra voluntad para seguir trabajando juntos para asegurar la viabilidad de la factoría«.
El mantenimiento del empleo en la planta de Nissan en Barcelona está garantizado. Durante nuestro encuentro de hoy en #Davos2020, el Gobierno de España y @Alliance_RNM hemos reafirmado nuestra voluntad para seguir trabajando juntos para asegurar la viabilidad de la factoría. pic.twitter.com/wUOJJtkwW4
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) January 22, 2020
La huelga empezó, como comenta Javier Adalid (secretario de CCOO Nissan Moncada), después de que «nos mandaran a un ERTE por fuerza mayor. A la vuelta nos dijeron que lo único que íbamos a montar eran unas unidades de Mercedes, que les quedaba por entregar y a partir de ahí nos mandaban a casa por la falta de planificación para seguir fabricando vehículos en la fábrica. Ante esa situación lo que decidimos es que teníamos que empujar, porque si no una vez fabricadas las unidades de mercedes ya eramos prácticamente prescindibles. En ese momento desde los sindicatos exigimos a la empresa que nos dijera que pensaba y que iba a ser de nosotros a partir de junio, y ante la falta de respuesta decidimos salir a la calle para plantar una huelga indefinida«.
Hoy la recepción de noticias por parte de la prensa extranjera, que aluden a presiones por parte de la empresa para cerrar la planta, no aminora la lucha, ni mucho menos. Tampoco representa una novedad tangible como comenta Javier Adalid, previo a esta situación «ya nos manifestábamos en busca de un nuevo plan industrial, aunque el COVID nos frenó en seco». No obstante, y sin aspavientos, «tanto ante las noticias buenas como malas vamos a esperar un anuncio oficial. Nosotros – comenta Javier Adalid – hemos enviado un comunicado a la empresa para que nos asegure hasta que punto este medio japonés tiene filtraciones de la empresa, pero lo que tenemos que intentar es que si esa decisión está tomada debe revertirse antes del anuncio oficial. No vamos a entregar la cuchara, que no le quepa la duda a nadie que nosotros vamos a luchar hasta el final para mantener el empleo. No estamos luchando por indemnizaciones, queremos mantener este tejido industrial para los trabajadores«.
Las propuestas para el cese de la huelga son claras y concisas. Como aclara Javier Adalid, «en la mediación propusimos que necesitamos tiempo y no íbamos a levantar la huelga a menos de que nos dieran mínimo 12 meses de seguridad de empleo y la misma cantidad de coches que estábamos fabricando. Pero la empresa nos dijo que no podía garantizar eso. Solamente se nos dijo que los coches llegarían hasta marzo de 2021 pero sin saber que cantidad de plantilla y que volumen».
Al respecto en un artículo, publicado por Javier Pacheco y Miguel A. Boiza, se preguntaban por cómo se puede hacer presión suficiente en un contexto de mínimas producciones y ventas, ya que la empresa «se encuentra rodeada en medio de una crisis sin precedentes y partiendo de una producción que utiliza poco más del 20% de la capacidad de la planta de Barcelona». Sobre lo que Javier Adalid, al igual que los anteriormente mencionados, informa y matiza que «las plantas están a un 20% de producción porque la empresa lleva tiempo mermando la planta. Nissan en Europa tiene dos fábricas productivas. La de Sunderland y las nuestras. En Nissan Europa manda Sunderland, bien bien se podría llamarse Nissan Sunderland. Ellos van tirando y otorgando a sus plantas los productos más punteros y a nosotros nos han ido dando productos que nacían muertos como el Pulsar o otros de pequeñas tiradas. De este modo nos han ido cerrando las puertas a poder ser competitivos y hacerles sombra. Con esta merma continua, al final, nos hemos visto en la situación con este 20% de la producción, pero no deja de ser una estrategia suya para fortalecer la planta de Inglaterra en detrimento de la de España. No es que se ponga en entredicho nuestra competitividad o nuestra forma de trabajar, si no que Nissan tiene una crisis a nivel global a partir del escándalo de Carlos Gosh. A partir de esto, en vez de llevar a cabo una política de empresa expansionista han tomado una deriva de reducción de la producción y ante la opción de quedarse entre Inglaterra y España pues…».
Por lo tanto, y sin novedades, de momento la huelga sigue y ahora se ha abierto «una caja de resistencia de solidaridad entre los centros para aguantar en Montcada el mayor tiempo posible y así tener mayor repercusión en los demás centros. Cuanto más tiempo aguantemos la huelga podemos llegar a tener impacto hasta en los centros de Renault en Francia».
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