Entrevistamos al Embajador Sidi M. Omar, miembro del Secretariado Nacional del Frente POLISARIO, actúa como Representante del Frente POLISARIO ante la ONU y Coordinador con la MINURSO.
Por Héctor Santorum | 28/05/2024
Esta entrevista, realizada el 26 de mayo de 2024 en Nueva York, nos ofrece una visión detallada y profunda de los desafíos que enfrenta el Frente POLISARIO en su lucha por la autodeterminación del pueblo saharaui. Durante nuestra conversación, exploramos temas críticos, incluyendo el estado actual del proceso de paz, las dinámicas internacionales en juego y las perspectivas futuras.
¿Cuál es el estado actual de las negociaciones en las que el Frente POLISARIO ha estado involucrado en busca de una solución al conflicto en el Sáhara Occidental? ¿En qué punto han estado más cerca de alcanzar una solución?
RESPUESTA: Por el momento no se puede hablar de negociaciones entre las dos partes en el conflicto, el Frente POLISARIO y Marruecos, porque la parte marroquí se niega a entablar negociaciones bajo los auspicios del Secretario General de las Naciones Unidas, sin condiciones previas y de buena fe como viene pidiendo el Consejo de Seguridad de la ONU. La negativa marroquí muestra claramente que el estado ocupante no tiene ninguna voluntad política para avanzar hacia una solución pacífica y duradera a la descolonización del Sáhara Occidental. Esta es la razón por la que el Enviado Personal del Secretario General de la ONU para el Sáhara Occidental, Sr. Staffan de Mistura, sigue sin poder reanudar el proceso de negociaciones desde su nombramiento en octubre de 2021.
Cabe recordar que, como resultado de una serie de negociaciones bajo los auspicios conjuntos de la ONU y la Organización de la Unidad Africana (OUA), las dos partes acordaron la solución en 1988 al aceptar oficialmente el Plan de Arreglo, que fue aprobado por unanimidad por el Consejo de Seguridad en 1990 y 1991. El Plan de Arreglo de la ONU-OUA, que es la base del mandato de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO), constituye una solución razonable, práctica y “basada en la avenencia” para llevar a buen puerto la descolonización del Sáhara Occidental.
Por lo tanto, nadie tiene que “volver a inventar la rueda”, por así decirlo. La solución, que ha sido aceptada mutuamente por las dos partes en el conflicto y respaldada unánimemente por la comunidad internacional representada por la ONU, ya existe. Toda vez que se trata de una cuestión de descolonización, la solución está claramente definida en cuanto a su base, la parte interesada y el medio de aplicación.
La base de la solución es el ejercicio por parte del pueblo saharaui de su derecho inalienable a la libre determinación y a la independencia. La solución concierne solo al pueblo saharaui como titular del derecho a la libre determinación. El medio de aplicación consiste en consultar al pueblo saharaui mediante un referéndum libre y justo bajo supervisión internacional.
En conclusión, más allá de las negociaciones, lo que hace falta está muy claro y es la necesidad de que el Consejo de Seguridad tenga la voluntad política necesaria para usar todos los instrumentos diplomáticos y de otra índole de los que dispone para que la MINURSO pueda cumplir plenamente su mandato mediante la organización de un referéndum en el que el pueblo saharaui ejerza su derecho inalienable a la libre determinación y a la independencia de manera libre y democrática.
¿Cuáles son las garantías económicas que el Frente POLISARIO considera necesarias para permitir una posible independencia del Sáhara Occidental? ¿Qué medidas específicas se están discutiendo para asegurar la viabilidad económica de un estado independiente en la región?
RESPUESTA: El Sáhara Occidental es un país rico tanto en recursos naturales como en recursos humanos. Por poner un ejemplo, ya en los años ochenta del siglo pasado, los EE. UU. hablaban de la viabilidad económica de un estado saharaui independiente. En un documento estadounidense titulado “viabilidad y orientación de un Sáhara Occidental independiente” de fecha de marzo de 1981, que ha sido desclasificado, se afirmaba que “un estado que abarcara todo el Sáhara Occidental, incluida la región de Bu Craa, podría llegar a ser autosuficiente”.
Desde el punto de vista económico, el estado saharaui será un estado económicamente viable debido a su riqueza en recursos naturales, su elevado potencial económico, así como su población bien educada y calificada. Lo que falta, por lo tanto, es una solución definitiva al conflicto que permita a la República Saharaui (RASD) recuperar su plena soberanía sobre su territorio nacional y poner en marcha sus políticas económicas y sociales encaminadas a la construcción y el desarrollo del país y al bienestar de su pueblo.
Has sido parte de la delegación recibida por Rusia en diversas ocasiones. ¿Cuál es la posición de Rusia con respecto al conflicto en el Sáhara Occidental? ¿Se contempla una posición más determinante de Rusia en la resolución del conflicto?
RESPUESTA: La posición de la Federación de Rusia respecto al Sáhara Occidental consiste en apoyar el proceso de paz de la ONU con el fin de alcanzar una solución justa que garantice al pueblo saharaui su derecho a la libre determinación de conformidad con las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de la ONU. Además, Moscú viene subrayando que las negociaciones directas entre el Frente POLISARIO y Marruecos son el único medio para lograr una solución pacífica y duradera.
Cabe recordar que, en los últimos años, la Federación de Rusia se ha abstenido en la votación de las resoluciones del Consejo de Seguridad sobre la renovación del mandato de la MINURSO en protesta por la forma desequilibrada en la que se redactan y se negocian las resoluciones, así como las enmiendas introducidas en las resoluciones que, según la parte rusa, socavan el enfoque imparcial y objetivo de la problemática del Sáhara Occidental.
Precisamente, tras la votación de la última resolución 2703 (2023) del Consejo de Seguridad, la Federación de Rusia explicó su abstención citando, entre otras cosas, el hecho de que la resolución presentada no reflejaba la situación real sobre el terreno que se había ido configurando en el proceso de arreglo de la cuestión del Sáhara Occidental y difícilmente contribuiría a los esfuerzos del Enviado Personal del Secretario General por reanudar un proceso de negociación directa entre Marruecos y el Frente POLISARIO para alcanzar una solución mutualmente aceptable.
El Frente POLISARIO mantiene un diálogo abierto y contactos activos con la Federación de Rusia a nivel de su Misión Permanente ante la ONU y en otros lugares además de los encuentros bilaterales que se celebran en Moscú. Por cierto, el Frente POLISARIO también mantiene diálogos abiertos, incluidas vistas a las capitales, con el resto de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, excepto Francia por obvias razones.
Fue en este marco en el que se efectuó la última vista a Moscú en la que intercambiamos puntos de vista sobre varios temas de interés común, incluido el proceso de paz de la ONU en el Sáhara Occidental, las relaciones ruso-saharauis y otros temas relacionados con la situación regional e internacional.
¿Cómo evalúas el papel de Rusia en las negociaciones internacionales sobre el Sáhara Occidental hasta ahora? ¿Crees que Rusia podría desempeñar un papel más activo en la búsqueda de una solución sostenible para el conflicto?
RESPUESTA: La Federación de Rusia, como miembro permanente del Consejo de Seguridad y participante en el llamado “Grupo de Amigos sobre el Sáhara Occidental” tiene una postura coherente respecto al conflicto en el Sáhara Occidental que se puede vislumbrar en las declaraciones públicas de los responsables rusos sobre el tema, así como su votación en el Consejo de Seguridad, como he indicado antes.
La Federación de Rusia también ha expresado constantemente su rechazo a las medidas unilaterales que puedan complicar el proceso de arreglo de la cuestión del Sáhara Occidental. En este aspecto, Moscú ha declarado repetidamente que la acción unilateral de EE. UU. de reconocer la supuesta “soberanía de Marruecos” sobre el Sáhara Occidental en 2020 es inaceptable porque socava el marco jurídico internacional de la cuestión saharaui y menoscaba los esfuerzos de la ONU por reanudar el proceso de paz.
Sin embargo, el gran problema que dificulta la búsqueda de una solución a la cuestión del Sáhara Occidental que sea justa y consistente con los principios del derecho internacional es el hecho de que hay otros miembros permanentes en el Consejo de Seguridad para los que la realpolitik prima sobre los propósitos y principios de la Carta de la ONU y las resoluciones del propio Consejo de Seguridad.
El ejemplo por excelencia en este caso es Francia que siempre ha manifestado su apoyo incondicional a Marruecos, el estado ocupante. Recordemos la “confesión”, aunque con retraso, que hizo recientemente el embajador francés en Marruecos en la que reconoció que Francia utilizó sus aviones militares para bombardear a los combatientes saharauis en los años setenta y que, si no fuera por el gran apoyo francés a nivel del Consejo de Seguridad, Marruecos se quedaría aislado. Eso lo dice todo.
¿Cómo afectará la presencia de Argelia en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a la causa saharaui y al conflicto del Sáhara Occidental?
RESPUESTA: Es importante recordar el discurso pronunciado por el Presidente de Argelia, Sr. Abdelmadjid Tebboune, ante el último período de sesiones de la Asamblea General de la ONU el pasado mes de septiembre, en el que subrayó que Argelia se incorporaría al Consejo de Seguridad en representación de las esperanzas de los pueblos del continente africano y de la región árabe, y que Argelia, consciente del precio de la libertad, no renunciaría a apoyar las causas justas.
El Presidente Tebboune también señaló la aspiración de Argelia de poner fin al fenómeno del colonialismo en el Sáhara Occidental, la última colonia africana, cuyo pueblo tiene el derecho fundamental a la libre determinación a través de un referéndum libre y justo, de conformidad con el Plan de Arreglo de la ONU-OUA aprobado por el Consejo de Seguridad en 1991 y acordado por ambas partes, y que aún no se ha aplicado.
El discurso del Presidente Tebboune fue una expresión clara de la posición histórica y firme de Argelia de apoyar las causas de los pueblos oprimidos que luchan por su liberación, especialmente la causa saharaui y palestina, una posición que Argelia ha demostrado en la práctica desde el primer día como miembro no permanente del Consejo de Seguridad. En concreto, la declaración formulada por Argelia con respecto a la cuestión saharaui durante las consultas privadas del Consejo de Seguridad el pasado mes de abril constituyó un testimonio elocuente de esta posición de principio e inquebrantable.
Por lo tanto, no cabe duda de que la presencia de Argelia en el Consejo de Seguridad es una gran oportunidad para fortalecer y elevar el perfil de la cuestión saharaui en los debates del Consejo de Seguridad y contribuir activamente a enderezar el rumbo del proceso de paz en el Sáhara Occidental, a pesar de las limitaciones estructurales resultantes del equilibrio de poder dentro del propio Consejo de Seguridad como lo han puesto de manifiesto los recientes debates y votaciones sobre la cuestión palestina.
¿Cómo crees que el papel de las Naciones Unidas ha influido en la resolución del conflicto saharaui y qué medidas adicionales consideras que podrían ser necesarias para alcanzar una solución justa y duradera?
RESPUESTA: Cabría subrayar que las Naciones Unidas, para ser exactos, no “resuelven” los conflictos. En ninguna parte de la Carta de la ONU, especialmente el capítulo VI que nos ocupa en este caso, se habla de “resolver” los conflictos.
Según el capítulo VI relativo al arreglo pacífico de controversias, lo máximo que puede hacer el Consejo de Seguridad es “instar” a las partes a que arreglen sus controversias por “medios pacíficos” o “recomendar” los procedimientos o métodos de ajuste que sean apropiados. Sin embargo, según la propia Carta de la ONU, los miembros de la Organización cumplirán de buena fe las obligaciones contraídas por ellos de conformidad con la Carta (art. 2 (2)) y convienen en aceptar y cumplir las decisiones del Consejo de Seguridad de acuerdo con esta Carta (art. 25).
Como he indicado antes, Marruecos ha aceptado por voluntad propia el Plan de Arreglo y, por lo tanto, tiene la obligación de cumplir de buena fe las decisiones del Consejo de Seguridad sobre la cuestión del Sáhara Occidental, incluida la resolución 690 (1991), en virtud de la cual el Consejo estableció, bajo su autoridad, la MINURSO con un mandato claro, es decir, celebrar, sin restricciones administrativas o militares, un referéndum de libre determinación para el pueblo saharaui.
Vuelvo a afirmar, por lo tanto, que lo que hace falta es la necesidad de que los órganos pertinentes de la ONU tengan voluntad política y determinación para llevar a buen puerto la descolonización del Sáhara Occidental creando las condiciones necesarias para que el pueblo saharaui pueda ejercer su derecho inalienable a la libre determinación y a la independencia de manera libre y democrática.
No obstante, a pesar de la clarísima condición internacional del Sáhara Occidental como una cuestión de descolonización, las posiciones de ciertos países siguen envalentonando a Marruecos, el estado ocupante, para continuar ocupando ilegalmente partes del territorio saharaui e impidiéndole al pueblo saharaui ejercer su derecho inalienable a la libre determinación y a la independencia. Estos países cargan con la responsabilidad del actual bloqueo del proceso de paz en el Sáhara Occidental y del prolongado sufrimiento del pueblo saharaui.
¿Consideras que las Naciones Unidas y la MINURSO tienen potencial para resolver la situación del Sáhara Occidental?
RESPUESTA: Vuelvo a subrayar que las Naciones Unidas, a través de sus operaciones de paz, no “resuelven” los conflictos, pero tienen la responsabilidad política de tomar decisiones de obligatorio cumplimiento como es el caso de las resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad.
A todas luces es sabido que, tras más de treinta años desde su despliegue en el territorio, la MINURSO sigue siendo incapaz de acabar la aplicación de su mandato establecido por el Consejo de Seguridad debido al obstruccionismo de Marruecos, el estado ocupante, que no solo ha impedido el referéndum de libre determinación, sino que también ha ido aún más lejos violando el acuerdo de alto el fuego de 1991 y ocupando más territorios saharauis el 13 de noviembre de 2020. Este acto de agresión obligó al pueblo saharaui a reanudar su legítima lucha armada para defender su soberanía nacional.
La incapacidad de la MINURSO de cumplir su mandato se debe claramente a la correlación entre dos elementos: primero, la falta de voluntad política por parte de Marruecos, el estado ocupante, y sus continuos intentos de socavar la base del mandato de la MINURSO, y así detener el referéndum de libre determinación, porque tiene la certeza de que el pueblo saharaui optará por reafirmar la opción de la independencia nacional. Segundo, la falta de acción por parte del Consejo de Seguridad, debido a la influencia de algunos de sus miembros permanentes, para reaccionar con firmeza al obstruccionismo marroquí y garantizar la plena aplicación del mandato de la MINURSO.
Lo que empeora las cosas sobre el terreno es que la MINURSO sigue siendo un testigo “ciego”, “mudo” y “sordo” en lo que se refiere a las prácticas coloniales y las graves y continuas violaciones de derechos humanos perpetradas por Marruecos contra los saharauis en las zonas ocupadas, además de las restricciones impuestas por el estado ocupante que perjudican el carácter internacional de la Misión, así como su credibilidad e imparcialidad como operación de paz de la ONU.
Ante esta situación, como hemos reiterado en numerosas ocasiones, nadie debe hacerse ilusiones de que la ONU pueda reanudar el proceso de paz en el Sáhara Occidental y potenciar a la MINURSO para cumplir su mandato si no se pone fin a la impunidad con la que se ha permitido a Marruecos, el estado ocupante, obstaculizar el referéndum de libre determinación, que representa el mandato central de la MINURSO y, en última instancia, torpedear el alto el fuego de 1991 y sumir a la región en una nueva espiral de violencia e inestabilidad.
¿Crees que existe alguna posibilidad de que la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) sea reconocida como miembro observador de las Naciones Unidas en un futuro próximo?
RESPUESTA: El pueblo saharaui celebró este mes el 51º aniversario de la fundación del Frente POLISARIO, su único y legítimo representante, y el comienzo de su lucha armada anticolonial, que sigue liberándose contra la ocupación marroquí de partes de nuestro territorio. Más de medio siglo de resistencia, tenacidad y lucha representa una gran conquista para el pueblo saharaui no solo en el ámbito militar, sino también en el plano de consolidar los cimientos del Estado saharaui moderno con todas sus instituciones, al tiempo que se amplía el alcance de la lucha nacional encarnada por la República Saharaui (RASD) como una realidad nacional, regional e internacional irreversible.
Cabe recordar que el texto de la proclamación de la RASD por parte del Consejo Nacional Saharaui provisional, el 27 de febrero de 1976, recoge dos párrafos enteros del preámbulo de la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de la ONU. Además, la RASD es un miembro fundador de la Unión Africana cuyos objetivos incluyen fomentar la cooperación internacional, teniendo en cuenta en debida forma la Carta de la ONU y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esto indica la firme creencia de la RASD en los principios consagrados en la Carta de la ONU y en el Acta Constitutiva de la Unión Africana, así como su aspiración a ocupar su debido lugar en la comunidad de naciones.
¿Cuáles son los beneficios de participar en la lucha diplomática en las Naciones Unidas en términos de alcanzar objetivos nacionales?
RESPUESTA: Como es bien sabido, el Sáhara Occidental sigue siendo una cuestión de descolonización en el orden del día de la Asamblea General de la ONU y sus organismos subsidiarios desde 1963. Debido a la invasión y ocupación ilegal por parte de Marruecos del territorio saharaui, el Consejo de Seguridad también se ocupó de la cuestión del Sáhara Occidental en 1975 y sigue considerándola como un asunto que concierne a la paz y la seguridad. Además, el Consejo de Seguridad estableció la MINURSO bajo su autoridad en 1991 como una operación de paz cuyo mandato consiste en celebrar un referéndum de libre determinación para el pueblo saharaui.
Como sabe todo el mundo, la ONU es la organización internacional por excelencia y el eje del multilateralismo. Durante décadas, el Frente POLISARIO ha tenido una representación en la ONU cuya misión diplomática consiste en representar al pueblo saharauí, defender con firmeza sus legítimos derechos y hacer oír su voz ante la organización internacional y sus organismos pertinentes.
Cabe subrayar que, en su batalla diplomática en la ONU, el pueblo saharaui no se enfrenta únicamente a Marruecos y sus aparatos diplomáticos y propagandísticos, sino también a los aliados del estado ocupante, como es Francia que, tal como confirman los mismos responsables franceses, sigue brindando su apoyo incondicional y defendiendo a Marruecos en el Consejo de Seguridad. Todo esto, obviamente, sin olvidar otras alianzas, viejas y nuevas, en las que se apoya el estado ocupante en su guerra declarada contra nuestro pueblo.
No obstante, la ONU sigue reconociendo al pueblo saharaui su derecho inalienable e imprescriptible a la libre determinación y a la independencia, un derecho que nadie puede quitarle al pueblo saharaui porque es un derecho conquistado por la lucha, la resistencia y los sacrificios de nuestro pueblo, que seguirá defendiendo con todos los medios legítimos sus derechos y aspiraciones nacionales.
¿Cuál fue el acuerdo o resultado más significativo logrado durante la visita a Irlanda en la que participaste como parte de la delegación?
RESPUESTA: Irlanda tiene una posición coherente y avanzada sobre la cuestión del Sáhara Occidental. Esta posición fue confirmada durante la visita de la delegación saharaui, encabezada por el Presidente de la RASD y Secretario General del Frente POLISARIO, Sr. Brahim Ghali, a Irlanda el pasado mes de febrero. En concreto, en la reunión entre el Presidente de Irlanda, Sr. Michael Higgins, y el Presidente de la RASD, el Jefe de Estado irlandés afirmó en repetidas ocasiones que Irlanda consideraba que la cuestión del Sáhara Occidental era una cuestión de descolonización que aún no se había completado y apoyaba los esfuerzos de la ONU con miras a permitirle a pueblo saharaui ejercer su derecho a la libre determinación.
En este contexto, consideramos que la visita ha sido un importante paso adicional en el marco de nuestras relaciones bilaterales que nos ha permitido profundizar el diálogo político en curso con Irlanda, sobre todo con las instituciones del Estado y los distintos partidos y formaciones políticas del país. La vista también ha dado una mayor visibilidad a la cuestión saharaui con sus diversos aspectos jurídicos, políticos, humanitarios y de derechos humanos, poniendo de manifiesto la solidaridad de la que goza el pueblo saharaui en este país europeo.
¿Crees sinceramente que existe la posibilidad de alcanzar una solución mutuamente aceptable para todas las partes involucradas en el conflicto?
RESPUESTA: Está claro que el llamamiento por parte del Consejo de Seguridad a “una solución mutuamente aceptable” se ha convertido en un mantra repetido por varios actores, como si el Plan de Arreglo de la ONU-OUA no hubiera sido la solución mutuamente aceptable por excelencia. En este aspecto quisiera extenderme sobre este asunto y aclarar algunos elementos fundamentales.
Primero, el Sáhara Occidental, desde el punto de vista jurídico, no es “un territorio en disputa”, como suelen afirmar algunos “expertos” y medios de comunicación. El hecho de que Marruecos vaya diciendo que el Sáhara Occidental le “pertenece” y que, de hecho, ha ocupado militarmente el Territorio no convierte la cuestión en “una disputa sobre quién posee la soberanía”, porque la Corte Internacional de Justicia, que es el principal órgano judicial de la ONU, estableció rotundamente en 1975 que la soberanía sobre el Sáhara Occidental pertenecía al pueblo saharaui.
De conformidad con la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General y otras resoluciones pertinentes, en el fondo la cuestión del Sáhara Occidental, siendo una cuestión de descolonización, se trata de la determinación por parte del pueblo saharaui de su condición política decidiendo libremente lo que quiere hacer con su soberanía: continuar ejerciéndola en el contexto de la República Saharaui (RASD), optar por otro arreglo político de su elección o transferir voluntariamente su soberanía a otra parte. De hecho, el Plan de Arreglo acordado por las dos partes en 1988 bajo los auspicios de la ONU y la OUA, que prevé un referéndum de libre determinación con la independencia y la integración como dos opciones a votar, es el marco para llevar a la práctica semejante proceso.
Segundo, es cierto que, tras la negativa marroquí a seguir con la aplicación del Plan de Arreglo y los acuerdos anexos de Houston de 1997, el Consejo de Seguridad viene exhortando a las dos partes, el Frente POLISARIO y Marruecos, a que entablen “negociaciones sin condiciones previas y de buena fe con miras a lograr una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental”.
Sin duda las negociaciones directas entre las dos partes son esenciales para alcanzar una solución pacífica y definitiva al conflicto como fueron las negociaciones que culminaron en el Plan de Arreglo de la UNO-OUA. Sin embargo, como he señalado en varias ocasiones, exhortar a las dos partes que entablen negociaciones para lograr “una solución política mutuamente aceptable…que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental” es incompatible con los principios y reglas que rigen el derecho de los pueblos coloniales a la libre determinación.
Todas las resoluciones pertinentes de la ONU y su doctrina jurídica, incluida la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia sobre el Sáhara Occidental, afirman que la esencia del derecho de los pueblos coloniales a la libre determinación es la libre elección mediante un proceso democrático en el cual la voluntad del pueblo interesado se expresa con conocimiento de causa y de manera libre y auténtica. Esto significa que la voluntad del pueblo del Sáhara Occidental, el único titular del derecho a la libre determinación, debe expresarse sin ninguna injerencia extranjera de ningún tipo. La expresión también debe ser auténtica y directa a través de los procesos democráticos establecidos internacionalmente de los cuales el referéndum es un proceso ampliamente usado en procesos de descolonización.
Hay un argumento de amplia difusión de que el referéndum en el Sáhara Occidental no ha podido celebrarse porque conduciría a un “juego de suma cero” en el que una parte ganaría todo y la otra parte perdería todo. Es este argumento que, en gran medida, ha dado origen a la llamada “solución mutuamente aceptable”, como si tratase de una transacción desinteresada y no del derecho a la libre determinación. Es importante subrayar, sin embargo, que las dos opciones del referéndum (independencia e integración) fueron aceptadas oficialmente por las dos partes y aprobadas por la propia ONU.
Además, la consulta popular que se celebró en Timor Oriental en 1999 sobre la base de dos opciones opuestas, es decir, “aceptar o rechazar”, también puede describirse, basándose en la misma lógica, como un juego de suma cero. Sin embargo, nadie planteó semejante argumento para impedir que se llevara a cabo la consulta. Al fin y al cabo, el único ganador ha sido el pueblo timorense, que ha ejercido su derecho a la libre determinación rechazando la propuesta de autonomía especial dentro de Indonesia en una consulta libre y democrática.
A mi juicio, la causa fundamental del estancamiento al que se enfrenta el proceso de paz de la ONU en el Sáhara Occidental en la actualidad se debe principalmente al enfoque inherentemente contradictorio a la libre determinación que se vislumbra en las resoluciones del Consejo de Seguridad y la concomitante “ambigüedad constructiva”, que en realidad es una ambigüedad destructiva, que promueven algunos sectores para eludir sus responsabilidades respecto a la solución del conflicto en el Sáhara Occidental. Todo esto, obviamente, sin olvidar la palpable falta de voluntad por parte de Marruecos, el estado ocupante, para avanzar hacia una solución pacífica y justa, al mismo tiempo que persiste en sus intentos de afianzar los hechos consumados en el Sáhara Occidental ocupado.
Para concluir, a pesar de los esfuerzos que pueda realizar el Enviado Personal del Secretario General para el Sáhara Occidental para reanudar el proceso político, me temo que el estancamiento y la tensión continuarán a no ser que se rompa este círculo vicioso de contradicciones, dobles raseros y ambivalencias deliberadas que, al fin y al cabo, no hacen más que equiparar al verdugo con la víctima en nombre de la “viabilidad” y el “realismo político” despiadado con desastrosas consecuencias para la justicia y la paz mundial, como han puesto de manifiesto los recientes acontecimientos en el Oriente Medio, entre otras cosas.
¿Qué impiden que la MINURSO monitoree los derechos humanos en el Sáhara Occidental?
RESPUESTA: Aunque el Consejo de Seguridad ha venido incluyendo componentes de derechos humanos en los mandatos de las operaciones de paz desde 1991, la MINURSO sigue siendo una excepción a este respecto, ya que la Misión no tiene mandato alguno en relación con los derechos humanos. Mientras tanto, Marruecos, el estado ocupante, sigue cometiendo graves violaciones de los derechos humanos contra los saharauis en los territorios ocupados del Sáhara Occidental, que están asediados y bajo un bloqueo informático total.
Después de más de 30 años de su creación y despliegue en el Territorio, la MINURSO ha sido incapaz no solo de cumplir su mandato, sino también de proteger los derechos humanos de los saharauis en los territorios ocupados, porque Francia siempre ha impedido que el Consejo de Seguridad aborde o formule recomendaciones sobre la vigilancia de los derechos humanos en el Sáhara Occidental. Lo que pretende la oposición francesa es obviamente proteger a Marruecos, el estado ocupante, y asegurar que su terrible historial en materia de derechos humanos no esté sujeto al escrutinio internacional y a la rendición de cuentas.
Por lo tanto, es imperativo que el Consejo de Seguridad incluya un componente de derechos humanos en el mandato de la MINURSO, porque es inaceptable que la Misión siga siendo una excepción en un momento en el que la promoción y la protección de los derechos humanos se está convirtiendo en una prioridad en todas las operaciones de paz de la ONU.
En algunas publicaciones de prensa se está planteando como “salida” para la Unión Europea la negociación a tres en el tema de los Acuerdos Pesqueros ¿Está considerando el Frente POLISARIO negociar con la Unión Europea y Marruecos para obtener beneficios por el Acuerdo de pesca?
RESPUESTA: De conformidad con el derecho internacional, el pueblo del Sáhara Occidental, como pueblo de un territorio no autónomo, no solo tiene derecho a un proceso de libre determinación, sino también el derecho a la integridad territorial y el derecho a la soberanía permanente sobre sus recursos naturales. Es responsabilidad de la ONU garantizar y proteger estos derechos sustantivos hasta que se finalice la descolonización del Territorio.
Como he indicado antes, el Sáhara Occidental es un país rico tanto en recursos naturales como en recursos humanos. Por ello, la cuestión de los recursos naturales es de suma importancia porque no solo es una de las razones principales por la que Marruecos invadió el Sáhara Occidental en 1975, sino también un instrumento mediante el cual el estado ocupante viene intentando legitimar su ocupación y anexión ilegal del Territorio.
Dada la gran importancia de este tema, sobre todo a la luz de varias sentencias dictadas por cortes en África y Europa, el pasado mes de octubre la dirección nacional saharaui estableció un grupo de trabajo para dar seguimiento a la cuestión de los recursos naturales en su conjunto, incluyendo las acciones legales en curso.
En este marco, el Frente POLISARIO y las autoridades saharauis están decididos a proteger por todos los medios legítimos y afirmar el derecho de nuestro pueblo a la soberanía permanente sobre sus recursos naturales y, a tal efecto, tomarán las decisiones oportunas y las medidas necesarias con respecto a las cuestiones que están sobre la mesa, obviamente con la mayor discreción posible sobre todo en lo que se refiere a los casos que están aún por decidir.
¿La dirección del Frente POLISARIO está contemplando la posibilidad de detener la guerra?
RESPUESTA: Es importante subrayar que el Frente POLISARIO no empezó ninguna guerra. Al contrario, desde 1975, el pueblo saharaui ha sido víctima de continuos actos de agresión por parte de Marruecos, el estado ocupante, y por lo tanto nuestro pueblo se ha visto obligado a defenderse con todos los medios legítimos, incluida la lucha armada.
En este contexto, cabe recordar que la Asamblea General de la ONU adoptó en 1972 la resolución 2983 (XXVII) en la que reafirmó la legitimidad de la lucha de los pueblos coloniales, así como su solidaridad y apoyo al pueblo saharaui en su lucha por el ejercicio de su derecho a la libre determinación y a la independencia, y pidió a todos los Estados que le prestaran toda la ayuda moral y material necesaria para esa lucha.
Como muestra de su apuesta por la paz y para crear las condiciones necesarias que permitieran a nuestro pueblo ejercer su derecho a la libre determinación y a la independencia, el Frente POLISARIO decidió “suspender” la lucha armada en 1991, lo que posibilitó la entrada en vigor del alto el fuego el 6 de septiembre del mismo año como parte integrante del Plan de Arreglo de la ONU-OUA. En otras palabras, el pueblo saharaui detuvo su legítima lucha armada, reconocida por las resoluciones pertinentes de la ONU, a cambio de la celebración del referéndum de libre determinación.
Sin embargo, tras casi tres décadas de espera y paciencia, Marruecos, el estado ocupante, violó, con total impunidad, el acuerdo del alto el fuego y ocupó más territorios saharauis el 13 de noviembre de 2020, lo que obligó al pueblo saharaui a reanudar su lucha armada en legítima defensa. La decisión del Frente POLISARIO recibió un respaldo abrumador en el XVI Congreso del Frente POLISARIO, celebrado en enero de 2023, que acordó intensificar la lucha armada.
En conclusión, el pueblo saharaui, bajo la dirección del Frente POLISARIO, ha apostado por la paz y ha hecho todas las concesiones posibles y todos los sacrificios imaginables con miras a alcanzar una solución pacífica y duradera a la descolonización del Sáhara Occidental, pero está más decidido que nunca a defender por todos los medios legítimos su derecho inalienable a la libre determinación y a la independencia.
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