Si no lo evitamos, 150 millones de niñas se casarán antes de cumplir los 18 años hasta el 2030

Javier F. Ferrero


Según advierte el Fondo de Población de la ONU (UNFPA), más de 650 millones de niñas y mujeres que viven en el mundo se casaron antes de cumplir los 18 años, y unos doce millones más lo harán en 2019, a menos que se tomen medidas.  A los varones también se les obliga, en menor medida, interfiriendo con su desarrollo normal y sus posibilidades de recibir una educación.

Las uniones tempranas también ponen en peligro la salud de las niñas y torna incierto su futuro, pero cuando las mujeres son empoderadas para luchar, para negarse o escapar del matrimonio infantil, no hay límites para sus aspiraciones.

El matrimonio infantil, en general, es fruto de una combinación de pobreza, desigualdad de género y falta de protección de los derechos de los niños y las niñas. Estos factores con frecuencia se agravan por un acceso limitado a una educación de calidad y a oportunidades de empleo, y se ven reforzados por las normas sociales y culturales fuertemente arraigadas. Las familias suelen recurrir al matrimonio infantil porque lo ven como la única opción de una niña, una creencia fundada en la pobreza, la inseguridad y la desigualdad de género.
Otra razón común del matrimonio infantil es el embarazo adolescente. Según el UNFPA, en los países en desarrollo, 9 de cada 10 partos de adolescentes se producen entre niñas que ya están casadas. Estos partos además plantean graves riesgos para la salud de las niñas cuyos cuerpos no están suficientemente desarrollados para la maternidad. A nivel mundial las complicaciones del embarazo y el parto son la principal causa de muerte en niñas adolescente.

Las consecuencias del matrimonio infantil forzado son físicas, psicológicas y emocionales, además de sociales y económicas. Las niñas casadas en la infancia tienen pocas probabilidades de asistir a la escuela, con frecuencia se las trata como mujeres adultas y generalmente deben cargar con las funciones y responsabilidades de los adultos, sin que importe su edad.

Las niñas que se casan precozmente en matrimonios concertados son más vulnerables a sufrir violencia, abusos y relaciones sexuales forzadas. Dado que no pueden evitar las relaciones sexuales ni insistir en el uso del preservativo, las niñas/novias menores de edad se exponen a graves riesgos para su salud, a infecciones de transmisión sexual (cada vez más, al VIH/SIDA), y presentan niveles bajos de salud sexual y reproductiva.

Las niñas sometidas a este tipo de matrimonio son extremadamente vulnerables. Pueden estar expuestas a violencia, y a menudo no pueden defender sus derechos ni satisfacer sus necesidades.

En algunas regiones prevalece más que en otras

En África Subsahariana el problema es tan grave como que el 38% de las niñas se han casado durante su infancia. Esto incluye, el 70% de las niñas de Níger, el 68% de las de la República Centroafricana y el 67% de las menores de Chad.

Por su parte, América Latina y el Caribe es la única región del planeta en la que los matrimonios infantiles no han disminuido en la última década. Todavía en promedio un 25 % de las mujeres jóvenes se han casado antes de los 18 mientras en otras zonas del mundo se han registrado disminuciones significativas.

Sí es posible eliminar el matrimonio infantil

Según cifras de UNICEF, en la última década se han logrado evitar 25 millones de matrimonios infantiles. En ese periodo de tiempo, la mayor disminución de la prevalencia de las uniones tempranas se ha registrado en Asia Meridional donde se ha reducido hasta en un 50%. Sin embargo, es necesario acelerar el proceso, o de lo contrario, para 2030 otros 150 millones de niñas más se casarán antes de cumplir los 18 años.

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