La prevención del suicidio comienza con la escucha activa, el apoyo incondicional y la creación de espacios seguros donde las personas puedan expresarse sin temor al juicio.
Por Isabel Ginés | 5/09/2024
El suicidio es un fenómeno trágico y complejo, considerado una de las problemáticas más desafiantes en el ámbito de la salud pública y mental. Se define como el acto deliberado de quitarse la vida, y aunque la decisión de hacerlo puede parecer un momento aislado, es a menudo el desenlace de un proceso complicado y prolongado de sufrimiento psicológico, emocional y, en algunos casos, físico. La mente de quien contempla el suicidio suele estar envuelta en un torbellino de pensamientos oscuros, una percepción distorsionada de la realidad y un dolor tan abrumador que la muerte se presenta como una única solución a sus padecimientos. Este acto, que pone fin a la vida de una persona, tiene consecuencias devastadoras para sus seres queridos y la comunidad, dejando tras de sí de preguntas sin respuesta, si pudiste hacer más, si fallaste y un vacío que jamás puede llenarse por completo.
El caso de A es cercano y la primera vez que me acerqué a esta realidad, de la profunda desesperación que puede conducir al suicidio. Tras haber sufrido una violación muy violenta, A no pudo encontrar alivio al intenso dolor y al vacío que la atosigaban constantemente. Su mente se convirtió en un lugar sombrío, dominado por un pozo negro, como ella lo describía, una niebla perpetua que le nublaba los sentidos, le arrebataba la capacidad de sonreír y la sumía en una continua angustia y sufrimiento. La violencia del acto que experimentó la dejó en un estado de vulnerabilidad extrema, donde la idea de no sentir más dolor se convirtió en su única esperanza. Aunque su intento de quitarse la vida no tuvo éxito, las secuelas físicas y psicológicas persistieron, reflejando la complejidad del suicidio y sus impactos a largo plazo.
Septiembre, reconocido internacionalmente como el mes de la prevención del suicidio, nos invita a reflexionar sobre la importancia de la salud mental y la necesidad de una mayor concienciación y empatía hacia quienes padecen en silencio. Es fundamental recordar que no debemos minimizar los problemas de los demás ni comparar nuestras vivencias con las suyas; cada experiencia y cada dolor son válidos en su contexto. La prevención del suicidio comienza con la escucha activa, el apoyo incondicional y la creación de espacios seguros donde las personas puedan expresarse sin temor al juicio.
Las cifras del suicidio en España son alarmantes: según el Observatorio del Suicidio, esta es la primera causa de muerte no natural, con más de 4.000 fallecimientos al año, lo que se traduce en una media de 11 personas al día. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística reflejan que en 2021 hubo 4.227 muertes por suicidio, la cifra más alta jamás registrada en el país, y un preocupante incremento que se mantiene por tercer año consecutivo. Las tasas de suicidio, tanto en hombres (13,34 por 100.000 habitantes) como en mujeres (4,52 por 100.000 habitantes), alcanzan niveles sin precedentes.
Particularmente preocupante es la situación entre los más jóvenes. El suicidio se ha convertido en la principal causa de muerte entre personas de 14 a 28 años, y entre 2019 y 2021 se registró un aumento del 32,35% en el número de suicidios en adolescentes de 12 a 17 años. Entre los factores que contribuyen a este aumento, el acoso escolar surge como una de las causas significativas, exacerbando la vulnerabilidad emocional de los jóvenes. Según un estudio de la Fundación ANAR, el 70% de los estudiantes con ideación suicida reportó haber sufrido maltrato en el colegio, lo que resalta la urgencia de abordar el bullying como un riesgo crítico en la prevención del suicidio juvenil.
En España existen líneas telefónicas de ayuda a personas con ideación suicida, así como a su entorno, como la línea de atención a la conducta suicida (024), el Teléfono de la Esperanza (717 003 717) o el Teléfono Contra el Suicidio (911 385 385). También existen páginas web con recursos y guías de ayuda, como Papageno y la Confederación Salud Mental España.
Las causas que pueden llevar al suicidio son lo suficientemente complejas como para no tratarlas a la ligera. Entre los motivos se incluyen problemas financieros, los desahucios, la pérdida de un ser querido, conflictos escolares, académicos o laborales, experiencias traumáticas, y dificultades internas profundas y muy dolorosas. Es importante destacar que los jóvenes pertenecientes al colectivo LGBTQ+ presentan un riesgo de suicidio cuatro veces mayor, debido a la discriminación, la exclusión social y la falta de apoyo.
La prevención del suicidio es una tarea urgente y de gran envergadura que requiere la atención y colaboración de toda la sociedad. No se trata únicamente de reducir cifras o implementar programas de asistencia; es necesario transformar la forma en que entendemos la salud mental y el sufrimiento ajeno. El suicidio no es un acto egoísta ni una búsqueda de atención; es una respuesta extrema a un dolor insoportable que la persona siente que no puede superar. Por ello, es fundamental fomentar una cultura de empatía y respeto, donde cada individuo sienta que su dolor es reconocido y que hay esperanza, incluso en los momentos más oscuros.
La educación sobre la salud mental debe ser prioritaria desde edades tempranas, para que las nuevas generaciones crezcan con una comprensión más abierta y sin prejuicios sobre los problemas emocionales y psicológicos. Además, debemos insistir en la importancia de escuchar sin juzgar, de ofrecer apoyo sin condiciones y de crear espacios donde las personas puedan hablar libremente de su sufrimiento.
La prevención del suicidio no solo depende de los profesionales de la salud, sino de cada uno de nosotros. Es vital que dejemos de lado los estigmas asociados a las enfermedades mentales y que nos comprometamos a ser una fuente de apoyo y comprensión para quienes nos rodean. Podemos ser mucha ayuda para alguien que lucha en silencio.
Es esencial reforzar la idea de que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino un acto de gran valentía. Todos enfrentamos batallas internas, y buscar apoyo es una manera de lograr avanzar.
Libros
- «El suicidio» – Émile Durkheim
- «Apuntes sobre el suicidio» – Simon Critchley
- «Hablamos del suicidio?» – Carmen Sánchez Alegre
- «Sobrevivir a la muerte de un ser querido» – Carmen Sánchez Alegre
- «Esa visible oscuridad» – William Styron
- «El dolor de los demás» – Miguel Ángel Hernández
Vídeos
- «El cuidado, el mal invisible»
URL: https://youtu.be/IuKGhNPwJe4?si=u9KM-eWA1jqKEvno
- «Sí, hablemos de suicidio»
URL: https://youtu.be/x3V4AMJVarw?si=P4osu9FNFnJAdO-E
- «Suïcidi: la mort evitable»
URL: https://youtu.be/7jaxml-Lfr8?si=cm4dm0cl7y4UfSvS
- «Hablemos del suicidio»
URL: https://www.youtube.com/live/DEahg0y5CKk?si=_2JkjKfmQMOyovwm
Por mi edad he tenido la desgracia de conocer a cinco mujeres que intentaron suicidarse. Dos de ellas lo consiguieron.
Aparte de los problemas de salud mental, creo que quienes lo intentan son personas que se sienten débiles para afrontar los problemas de su vida y no sienten que tienen a alguien a su lado que les apoye,aunque está sensación no concuerde con la realidad. Por eso es tan importante buscar ese apoyo y difundir, como hace la autora del artículo, teléfonos, direcciones, etc de entidades que están ahí en esos momentos difíciles.