Según una encuesta de Oxfam, para un 46 % de la población no tienen sentido las fronteras en el mundo actual

Por Javier F. Ferrero

Ha crecido la atención y el interés de la ciudadanía por encontrar alternativas para los refugiados tras la llegada del barco Aquarius al puerto de València los 630 migrantes a bordo. La UE ha puesto en marcha diversas políticas que, sin embargo, se han construido sobre mitos, prejuicios y contradicciones, lo cual limita su efectividad y no pone a las personas en el centro.

Oxfam Intermón ha realizado una encuesta con el fin de cuantificar y dimensionar los distintos grupos representativos de la sociedad con respecto a sus actitudes frente a las personas migrantes.

Ilustración de Javier F. Ferrero

La encuesta realizada por la ONG destaca que para un 70 % de la ciudadanía hay que ayudar urgentemente a las personas refugiadas porque están en extremo peligro. También un 65 % de la ciudadanía cree que hay que facilitar las leyes de acogida y asilo para que las personas refugiadas no mueran en el Mediterráneo. La migración no es algo excepcional.

La contradicción llega cuando a un 80 % de los encuestados les preocupa el crecimiento del racismo y la xenofobia, pero para un 55 % el principal problema de acoger personas refugiadas es que vengan terroristas infiltrados.

Para un 46 % de la población española no tienen sentido las fronteras en el mundo actual y un 54% de las personas encuestadas considera que no hay que acoger a más personas refugiadas de los que se han acogido hasta la fecha, pero un 47 % cree que cuantas más personas inmigrantes se acojan más personas inmigrantes vendrán fruto del efecto llamada y un 21% de la población opina que las personas refugiadas nos están invadiendo.

Estos datos arrojan que existen contradicciones sobre la percepción de las personas que migran, que destacan la admiración y el reconocimiento, pero despiertan inseguridad. Para lograr políticas de calidad sobre las personas que migran es fundamental romper los diversos mitos y prejuicios que se destacan en la encuesta, como el de que entre los refugiados se esconden terroristas.

En España parece que está instaurada la idea de que nuestro país tiene suficiente con sus problemas económicos y que no tiene recursos para “ayudar” a las personas refugiadas, siendo la población de mayor edad es la que cree en afirmaciones, como que hay otros países que ya acogen a las personas refugiadas y que no hay recursos para atenderlos o que las personas refugiadas nos están invadiendo. La ciudadanía española considera, además, que las personas refugiadas son aquellas que vienen de conflictos, pero no considera que afectados por la pobreza o el cambio climático puedan considerarse como personas refugiadas.

Los datos aportados muestran una percepción equivocada de los refugiados, pero deja ver que hay una base sobre la que edificar una renovación de ideas, otra percepción del mundo que nos rodea.

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