Como periodista palestino, desde la universidad aprendemos que, cuando cubrimos una manifestación, lo más importante a diario es protegernos y tratar de mantenernos a salvo.
Las mortíferas guerras israelíes en Gaza son posibles, no solo por las armas occidentales y el apoyo político, sino por un flujo interminable de desinformación y tergiversación de los medios.
El año pasado, en la última ofensiva sobre Gaza, 59 medios de comunicación fueron bombardeados y destruidos, un periodista fue asesinado y decenas resultaron heridos, según el Comité Árabe de Apoyo a los Periodistas.
Se cumplen 39 años de la masacre en los campamentos de refugiados de Sabra y Chatila que se cobró la vida de 4.000 personas y fue perpetrada por milicias armadas libanesas en cooperación con las fuerzas de ocupación israelíes.
«La razón no estará totalmente decantada de uno u otro bando, todo no será blanco o negro y ni unos serán tan buenos, ni otros tan malos, aunque lo cierto es que hay cuestiones objetivas y de derecho internacional que son incontestables».