Santiago Carrillo entrevista a los líderes del Sindicato de Obreras del Hogar (1931)

Las trabajadoras del hogar se encontraban en una situación muy precaria dentro del mundo laboral femenino. Carrillo consideraba que en las casas más ricas veían a las criadas como una especie de esclavas, sin obviar los abusos sexuales que padecían con frecuencia.

Por Eduardo Montagut | 2/10/2024

En nuestras investigaciones sobre la creación del Sindicato de Obreras del Hogar en el Madrid previo a la proclamación de la Segunda República nos encontramos con una entrevista realizada por Santiago Carrillo en la Casa del Pueblo en los inicios del año 1930, que supone un material harto interesante para profundizar en los problemas laborales de estas trabajadoras y en el proceso que llevó a su sindicación.

Santiago Carrillo entrevistó a Claudina García, una de las mujeres sindicalistas de la UGT más importantes de los primeros decenios del siglo XX hasta la guerra civil, y a Guillermo López Ruiz que, entre otras cosas fue uno de los líderes de la Federación Nacional de Industria del Vestido y el Tocado (López Ruiz era sastre de profesión). Ambos formaban parte de la comisión encargada de organizar el nuevo sindicato. En dicha comisión también estaban Luz García, Florentina Martínez, Petra Morales, Isabel Cardoso, Mesa y Ronda.

Las trabajadoras del hogar se encontraban en una situación muy precaria dentro del mundo laboral femenino. Carrillo consideraba que en las casas más ricas veían a las criadas como una especie de esclavas, sin obviar los abusos sexuales que padecían con frecuencia. En las casas de la clase media se sufrían las mismas vejaciones, con el agravante de carecer de las comodidades de las primeras. Por fin, eran unas trabajadoras que disfrutaban de muy poco tiempo para el descanso y el ocio. Por todo esto, Carrillo elogiaba esta iniciativa de la UGT.

Al parecer, el origen de la idea, que partía de la Casa del Pueblo, no era nueva, ya hacía dos años que se había intentado, pero la respuesta de las trabajadoras había sido muy escasa porque recelaban. Pero la situación había cambiado porque, siempre según los entrevistados, estaban acudiendo muchas mujeres para que se crease una organización sindical, relatando en las oficinas de la Casa del Pueblo sus experiencias laborales personales.

Los organizadores querían que las obreras del hogar disfrutaran de las mejoras que las leyes sociales proporcionaban a la generalidad de las trabajadoras, como la jornada de diez horas porque la jornada laboral de las obreras del hogar era interminable, todo el día. Pero también había que luchar por el descanso semanal. Otra de las reivindicaciones tenía que ver con el disfrute de habitación propia, algo que no siempre ocurría. Las obreras del hogar debían ser ante la ley como el resto de los demás trabajadores.

Uno de los proyectos más importantes era el de la creación de una Casa-Hogar para albergar a las trabajadoras del hogar que estuvieran en paro, y sirviese de colaboradora de la Mutualidad Obrera. Si esta Mutualidad prestaba a sus afiliados servicios médicos y de farmacia, la Casa-Hogar podría también prestar servicios a trabajadoras enfermas o de parto en la casa que se quedase sin asistenta, al facilitar compañeras que hicieran las veces de la enferma o parturienta en el cuidado de la casa. En todo caso, esta segunda función no era prioritaria en esos momentos, frente a la primera porque era urgente procurar un hogar a las trabajadoras en paro hasta que encontrasen trabajo, y no quedaran desamparadas en la calle. Se quería proponer a la Cooperativa Nacional de Casas Baratas “Pablo Iglesias” que construyese el edificio. La obra se pagaría con las cuotas de las afiliadas, que serían de dos pesetas mensuales. Una de las pesetas iría al Sindicato y otra para sufragar la construcción.

La comisión organizadora buscaba realizar una campaña para concienciar a las trabajadoras del hogar de Madrid, ya que se calculaba que podría haber unas quince mil. La movilización pasaría por difundir manifiestos y organizar actos públicos (nosotros hemos estudiado en otro trabajo uno de esos mítines). Pero uno de los medios que se presumían más eficaces era el de la propaganda individual. No olvidemos, en este sentido, la dispersión de este trabajo. Las obreras del hogar no estaban concentradas en talleres o fábricas, núcleos donde el trabajo de propaganda sindical era más fácil de desarrollar.

Otro proyecto tenía que ver con la educación. Muchas de las obreras del hogar no sabían leer ni escribir, por lo que se quería abrir una escuela donde pudieran aprender.


Hemos trabajado con el número 6843 de El Socialista. También podemos consultar el Diccionario Biográfico del Socialismo Español. Nuestro principal trabajo sobre la creación de este sindicato es: “La organización de las obreras del hogar en vísperas de la Segunda República”, en El Obrero (marzo de 2019).

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