Santiago Abascal se apaga y el descenso de Vox ya es imparable.
Por Lucio Martínez Pereda
Creo que el populismo extremo derechista ha iniciado su reflujo en España. Ya hay muchos signos que lo apuntan: enorme bajada de votos de Vox, desaparición fulminante del experimento partidista de Olona, periodistas que compiten en televisión por elevar el tono de sus críticas a la extrema derecha , discrepancias en el PP entre incorporar o alejarse de las derrotadas propuestas ultraderechistas….
Santiago Abascal se apaga y el descenso de Vox ya es imparable. Los datos ponen muy difícil impedir que la moral de derrota se extienda entre su militancia. La tendencia de Vox, iniciada hace dos años y continuada elección tras elección, es constante : se dirige hacia su suelo electoral, al que aún no ha llegado. En estas elecciones ha sufrido un descenso de 52 a 33 escaños. Ha perdido más de un 1/3 de sus diputados: el mayor descenso sufrido por todas las fuerzas políticas que concurrieron . En número de votos, Santiago Abascal, perdió 600.000. Sólo el 61,9% de sus votantes de hace 4 años le volvieron a dar su apoyo el pasado 23 de Julio. Todo parece indicar que no solamente habrá cambio de liderazgo en el Partido Popular.
Los de Vox hicieron su campaña más ruidosa, como el niño que se ve obligado a llorar más alto en su último intento por evitar perder la atención de los adultos. Sus rostros, cuando comunicaron su derrota, eran el poema visual de los que saben que sus propuestas antidemocráticas han iniciado su decadencia irreversible, de los que son conscientes que su discurso del odio ya no produce odio.
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