La salud, el cambio climático y los beneficios de las farmacéuticas

Durante la pandemia han seguido haciendo negocio unos cuantos, y nos hemos olvidado de gravísimos problemas que afectan directamente a la salud y la vida de toda la humanidad. Pero estos problemas están, y estos días están mostrándose claramente.

Por Josep Martí

La maldita pandemia nos esconde otros verdaderos problemas para la salud y la vida y, como vamos viendo, esto ya va bien para algunas personas que todavía hacen negocios exorbitantes con la enfermedad a expensas de la salud de la mayoría y de la vida en el planeta tierra.

Estos días nos olvidamos del apetito, la precariedad, las malas condiciones de vida y de trabajo de muchas personas (cada día más) y nos centramos, por las noticias alarmantes (ya está bien como ejemplo), en un condicionante de la vida como son las condiciones y calidad del medio.

La pandemia sorpresa, los intereses de las grandes corporaciones (con mucho poder) y muchos políticos, con la ayuda poco crítica de muchos medios de comunicación y opinión, han fomentado la alarma y el miedo de mucha gente (aparte del descrédito y la falta de confianza). Como consecuencia, se ha producido la parada de muchos programas y actividades de mejora económica y social, se han puesto recursos (o, a veces, parches) para hacer frente a la enfermedad, a pesar de seguir con un servicio de atención sanitaria y salud pública muy precarios y recortados.

Han seguido haciendo negocio unos cuantos, y nos hemos olvidado de gravísimos problemas que afectan directamente a la salud y la vida global de toda la humanidad. Pero estos problemas están, y estos días están mostrándose claramente. Gaia está gravemente afectada por las malas acciones humanas y se queja, es su venganza, la Nemesis de la naturaleza.

Como ejemplo de la situación son evidentes este verano los episodios de catástrofes debidas al cambio climático: inundaciones por tormentas extremas, incendios forestales y otros episodios que considerábamos naturales en países lejanos del Pacífico, hoy se hacen presentes en países del norte.

En junio, en Canadá y Estados Unidos (en California nunca vistos por su intensidad y extensión) se produjeron incendios forestales debidos al calor extremo; en julio, inundaciones debidas a tormentas torrenciales en Alemania, Bélgica, Países Bajos y Suiza, con 170 muertos y cientos de desaparecidos y, en agosto, incendios forestales extensísimos, con calores extremos, en el Mediterráneo (sobre todo oriental): Grecia, Turquía , Kosovo.

Un comité de expertos de la ONU sobre el tema afirma ahora que estos problemas del clima se deben al calentamiento global del planeta, sobre todo, por la acción de la especie humana, y sus consecuencias serán muy extensas, prolongadas y muy graves para la salud y la vida en el planeta Tierra. Esto es informado y comentado ampliamente por los medios de comunicación.

Frente a esta otra emergencia, nosotros seguimos pensando (por los intereses de algunos) sólo en el virus. Lo que debemos saber es que los virus sobrevivirán por encima de la especie humana, tanto por su sencilla estructura como su flexibilidad de adaptación a las condiciones externas.

Por otra parte, sólo los beneficios de cinco empresas farmacéuticas con las vacunas de esta pandemia han supuesto hasta ahora 23.104 millones de dólares (y por dos de estos laboratorios un aumento del 96% de sus ingresos). Está claro que les interesa la enfermedad y no la salud de las personas y, cuantas más dosis, mejor.

Nosotros, la mayoría de la población, conscientes del futuro de la humanidad por este camino, debemos pensar qué nos interesa, ya no por nosotros, que seguramente ya no estaremos a tiempo, sino por nuestros hijos y nietos y el futuro de la salud y la vida. Cada decisión y acción personal o colectiva debemos analizarla en estos valores de salud y calidad de vida, no dejándonos enredar por los que tienen sus intereses insolidarios y exigir todos y todas juntas a los poderes establecidos que actúen por los intereses de la mayoría.


Josep Martí ha sido médico asistencial del Hospital Universitario Vall d’Hebron. Del 80 al 86 fue el Delegado de Servicios de Sanidad y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Barcelona. De 2000 a 2006 fue el director asistencial del Hospital Universitario Vall d’Hebron. Además es socio fundador del CAPS y miembro fundador de la Marea Blanca de Catalunya.

Diari de la Sanitat

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