Desde el comienzo de la guerra en Ucrania en 2014, Occidente ha mantenido sistemáticamente en secreto los crímenes fascistas.
Por Arnold Schoelzel
Inmediatamente después del golpe de Estado en febrero de 2014, las bandas armadas y organizadas en Kiev cometieron crímenes contra la población de habla rusa del país que no se denunciaron o tuvieron una escasa cobertura en los medios occidentales. Esto incluyó masacres aquel mismo año como la del 2 de mayo en Odessa o el 9 de mayo en Mariupol.
En Odessa, una turba organizada por derechistas mató y quemó a más de 40 personas en el antiguo edificio de los sindicatos. Según relatos de testigos presenciales hubo más de 100 víctimas. Las autoridades ucranianas solo investigaron a los manifestantes «prorrusos», algo que fue ampliamente criticado por instituciones internacionales como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Lo cierto es que nadie ha sido condenado hasta la fecha.
El entonces gobernador de Odessa, Vladimir Nemirovsky, declaró: «Las acciones de los residentes de Odessa para neutralizar y arrestar a terroristas armados deben considerarse lícitas». el 13 de mayo de 2014 en el lugar del crimen quiso depositar una ofrenda floral pero no lo hizo a pedido de las nuevas autoridades locales.
En ese momento, las fuerzas fascistas ya habían llevado a cabo una segunda masacre que los medios occidentales informaron incluso menos que la de Odessa. Por ejemplo, Spiegel mintió: «Tropas ucranianas se enfrentaron con separatistas prorrusos en Mariupol». En ese momento, cualquiera que quisiera podía ver videos en internet de periodistas de Mariupol que mostraban tanques con banderas ucranianas pasando por la ciudad frente a civiles desarmados. Les dispararon indiscriminadamente y muchos resultaron heridos o muertos.
Los principales medios de comunicación no informaron sobre estos sucesos ni sobre el número de víctimas que hubo. Los ataques de artillería y aviones de guerra en Lugansk y Sloviansk el 8 de junio de 2014 y posteriormente tampoco tuvieron lugar en los medios occidentales.
El escudo mediático protector de Occidente, bajo el cual se ocultan los crímenes fascistas, sigue vigente hoy. En la actualidad, esto significa que un régimen que ha estado cometiendo crímenes contra su propio pueblo durante ocho años con impunidad y sin ser advertido por la «prensa del mundo libre» va a seguir haciéndolo.
Cada vez hay más informes de que el ejército de Kiev está estacionando armas pesadas en áreas residenciales, es decir, reteniendo a los residentes como escudos humanos. Los testigos informan de arrestos arbitrarios por parte del servicio secreto de Kiev bajo sospecha de una actitud positiva hacia Rusia.
Los combatientes armados tienen permiso para irrumpir en las casas, instalar campos de tiro allí y disparar a los residentes en el lugar si se oponen. Al parecer, los fascistas también han formado escuadrones de la muerte que disparan indiscriminadamente a civiles en ciudades ucranianas en conflicto.
Torturan y asesinan a cualquiera que se sepa que es comunista o socialista. Estos grupos no tienen interés en los corredores humanitarios. Según fuentes rusas, a fines de la semana pasada tomaron como rehenes a más de 4,5 millones de civiles en Kiev, Kharkov, Chernihiv, Sumy, Mariupol y más de dos docenas de otros núcleos urbanos importantes.
Si se detectan crímenes de guerra ucranianos en Occidente, como en el caso del video que muestra a soldados ucranianos disparando en las piernas a soldados rusos capturados, Kiev anunciará una investigación. Al igual que con la masacre de Odessa, no se puede esperar nada de esto. La OTAN y la UE saben qué crímenes están cometiendo los fascistas ucranianos. Son parte de los cálculos de guerra.
Unsere Zeit
Se el primero en comentar