
Rohee nos actualiza la situación de las mujeres en el país, pero también habla de la resistencia a través de organizaciones como la suya.
Por Tania Lezcano | 19/03/2025
Rohee (nombre ficticio) es activista de la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA, por sus siglas en inglés), organización abiertamente feminista y laica que lleva más de cuarenta años luchando desde la clandestinidad contra la ocupación soviética, el régimen talibán, la ocupación de la OTAN y ahora, de nuevo, contra el fundamentalismo religioso. Tres años y medio después de nuestra primera conversación con otra integrante de RAWA, justo un día después de que los talibanes tomaran Kabul, en esta nueva entrevista realizada el pasado domingo 16 de marzo, Rohee nos actualiza la situación de las mujeres en el país, pero también habla de la resistencia a través de organizaciones como la suya.
Muchas gracias por atendernos en estos tiempos difíciles. Comencemos hablando de RAWA. Lleváis décadas trabajando en la clandestinidad, pero el regreso de los talibanes fue extremadamente difícil. ¿Cómo sobrevivís desde 2021?
En primer lugar, RAWA fue fundada en Kabul en 1977 por Meena, una mujer revolucionaria, y un grupo de mujeres intelectuales. Sus objetivos eran la libertad, la democracia, la justicia social y la creación de un Estado basado en valores seculares. Debido a sus objetivos y su lucha, RAWA siempre ha estado bajo amenaza y en Afganistán siempre ha llevado a cabo sus actividades en la clandestinidad. Cuando RAWA trasladó parte de sus actividades políticas a Pakistán, donde había cientos de personas refugiadas, era medio clandestina. Incluso allí RAWA no estaba segura debido a la gran presencia de fundamentalistas.
Ahora, después del 15 de agosto de 2021, RAWA todavía está activa aquí, dentro de Afganistán, pero sigue en la clandestinidad, porque, como todo el mundo sabe, los talibanes y sus fundamentalistas religiosos van contra las mujeres y sus voces, y también porque las palabras y acciones de RAWA van contra sus objetivos y políticas. Siempre nos hemos levantado contra los fundamentalistas, tanto talibanes como yihadistas que lucharon en la guerra civil que hubo de 1992 a 1996. Incluso en la primera etapa del gobierno talibán, antes de 2001, RAWA trabajaba en secreto en Afganistán. Intentamos mantenernos a salvo a través de diferentes técnicas para no ser arrestadas ni identificadas, pero no es la primera vez para nosotras. No hay otra manera. Tienes que aceptar estos riesgos si quieres luchar y cambiar la situación de las mujeres.

Los talibanes llevan tres años y medio en el poder. Dijeron que esta vez se centrarían en la diversidad, pero no han cumplido su palabra. ¿Cuáles son las políticas más graves que han impuesto, especialmente contra las mujeres?
Ya en los años anteriores a la llegada de los talibanes, algunos hombres y mujeres que estaban en el gobierno de Ashraf Ghani y también el Parlamento, además de gente que participó en las conversaciones de paz de Doha (Catar), se dedicaron a hacer propaganda diciendo que los talibanes habían cambiado. Especialmente Fawzia Koofi, que era parte de los grupos de las conversaciones de paz en ese momento. Dijo que los talibanes habían cambiado, que tenían buenos programas e ideas para las mujeres. También en esos años, RAWA dijo que los fundamentalistas no pueden cambiar, que su mentalidad no puede cambiar porque les han lavado el cerebro, porque están contra las mujeres y contra el progreso. También porque son lacayos de Estados Unidos y sus aliados en Afganistán y reciben muchos fondos de esos países simplemente para implementar sus políticas en este país. No iban a volver al poder para ayudar al pueblo afgano porque están en contra del pueblo afgano.
Justo tras su llegada, prohibieron a las mujeres asistir a la escuela, las sacaron de la universidad, del trabajo y de los lugares públicos. Cerraron parques y gimnasios para mujeres y los salones de belleza. Las mujeres viven encarceladas desde hace tres años y medio. Han sido encerradas en casa y cada día se dictan nuevas leyes y prohibiciones contra ellas. También las han sacado de las redacciones, hay muy pocas periodistas trabajando actualmente. Solo en los ámbitos de la educación y la salud hay algunas mujeres, aunque hace apenas unas semanas sacaron una ley ordenando a las ONG despedir a las mujeres y aseguraron que cerrarían las puertas a las que contrataran mujeres. Cada día se aprueban nuevas leyes y normas contra ellas, lo que convierte la vida de las afganas en un infierno.
Además, a lo largo y ancho de Afganistán continúan las desapariciones forzadas, las detenciones, la tortura y los asesinatos de mujeres. Muchas han desaparecido: periodistas, activistas… También muchas han sido detenidas y desaparecidas mientras se manifestaban en las calles de Kabul y de otras provincias contra el gobierno talibán. Fueron arrestadas y torturadas y no hay muchas noticias sobre ellas.
La situación de las viudas es especialmente alarmante, ya que no suelen tener un ‘mahram’ (guardián) y están condenadas a la pobreza. ¿Qué nos puedes contar al respecto?
Afganistán está en situación de guerra desde hace cuarenta años, lo que lleva a una situación de inestabilidad, especialmente para las mujeres. Hay miles de viudas y huérfanos en Afganistán. Mujeres que han perdido a sus maridos en las guerras y también durante el gobierno de Ashraf Ghani. Miles de oficiales fueron asesinados en una guerra que no era en beneficio del pueblo afgano. Pero ahora las viudas están viviendo en condiciones terribles. Ni siquiera pueden pedir en las calles de Kabul. Hace apenas unos días oímos que muchas mujeres habían sido golpeadas y arrestadas porque estaban pidiendo. Sin trabajo, sin ninguna otra posibilidad, ¡ni siquiera pueden pedir! En general, las condiciones de vida de la mayoría de la población afgana son terribles y pésimas en este momento, pero son aún peores para huérfanos y viudas, que no tienen miembros varones en la familia que puedan ganarse la vida y alimentar a las niñas y niños.
En los últimos meses hemos sabido que los talibanes también han prohibido a las mujeres hablar en público, reírse e incluso permiten tapiar las ventanas de las casas donde viven mujeres. ¿Hay algún límite en su violación de los derechos de las mujeres?
Los talibanes están contra las mujeres, son tremendamente misóginos. Ni siquiera pueden escuchar su voz. Hay muchas prohibiciones para las mujeres: sus voces no deben ser escuchadas fuera de su casa, no pueden cantar, su aspecto no debe verse, deben ir tapadas, deben tener un mahram para viajar… Incluso han dicho que, efectivamente, las mujeres no deben verse ni siquiera a través de las ventanas de una habitación o de una casa.
No, no hay ningún límite a la violación de los derechos de las mujeres porque nadie les está controlando. Son libres de hacer lo que quieran. Están matando mujeres, lapidándolas hasta la muerte, están haciendo lo que quieren. Además, el mundo está en silencio y reciben fondos de más de 40 millones de dólares cada semana. Si el mundo realmente se preocupa sobre la situación del pueblo afgano, de las mujeres afganas, es muy sencillo: simplemente deben dejar de financiarlos y apoyarlos. Así no podrían continuar ni un día, porque no tienen más medios para sostener su gobierno. Reciben mucho dinero.
¿Cuál es la situación actual en cuanto al acceso a la educación en las escuelas, especialmente para las niñas?
Tendremos que esperar hasta el verano a ver lo que pasa: si seguirán haciendo lo mismo, que las niñas solo podrán asistir hasta el sexto grado (hasta los trece años), o, como apuntan algunos rumores, que solo podrán hasta el tercero (hasta los diez años). Estos son los rumores, pero todavía no sabemos qué pasará. Aun así, incluso estas escuelas a las que las niñas pueden asistir hasta el sexto grado se han convertido en madrasas religiosas, por lo que solo hay asignaturas coránicas e islámicas. Así que creemos que es lo mismo.
Según datos de algunas organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional, el número de matrimonios forzados y violencia de género ha aumentado desde la llegada de los talibanes. ¿Crees que este aumento se debe a la impunidad y a la falta de leyes que castiguen los delitos contra las mujeres?
Es cierto que incluso antes de los talibanes la situación para las mujeres no era estable. Tenemos cientos de ejemplos de violaciones de los derechos de las mujeres, matrimonios forzados y violencia de género. Pero sí, tras la llegada de los talibanes ha empeorado, porque no creen en la libertad de las mujeres, en sus voces ni en su poder. El gobierno está bajo su control, el poder judicial está bajo su control. Están implementando en Afganistán la ley islámica de acuerdo a la sharia. Y, por supuesto, porque no hay nadie ahí que les obligue a pagar por lo que están haciendo. Hace poco, la Corte Penal Internacional solicitó órdenes de arresto para los líderes talibanes. Pero, ¿qué pasa? ¿Quién está ahí para arrestarlos? ¿Quién les hace pagar por lo que están haciendo contra las mujeres en Afganistán? No tenemos esperanza ante las acusaciones y órdenes de ningún tribunal hasta que no se implementen y veamos una acción real. Así que sí, debido a que no hay normas y nada que les pare, ellos se sienten libres para hacer lo que quieran, sin miedo a nadie.
Sobre esto, es interesante destacar que, antes del gobierno talibán, Afganistán tampoco era un paraíso para las mujeres. A veces se considera que la presencia occidental fue una liberación.
Es cierto que en los últimos 25 años la situación no ha sido estable para las mujeres. Las tropas estadounidenses y de la OTAN en Afganistán han mostrado al mundo que han traído educación y libertad a las mujeres. Es verdad que las mujeres han tenido acceso a la educación y al trabajo, pero la violencia contra ellas siguió siendo más o menos la misma, porque, aunque los talibanes no gobernaban, los yihadistas y los señores de la guerra estaban en el poder, el gobierno estaba en sus manos. El Parlamento estaba lleno de ellos y tienen la misma mentalidad que los talibanes, así que hacían lo mismo. Por lo tanto, no hay una diferencia enorme entre cómo vivían entonces las mujeres y cómo viven ahora. Es verdad que tuvieron que dar algo de libertad a las mujeres, porque Estados Unidos y cuarenta países más estaban aquí y resultaba muy bochornoso no dar a las mujeres acceso a la educación o al trabajo.

¿Todos estos tipos de violencia contra las mujeres tienen la misma prevalencia en las zonas rurales y urbanas?
La violencia contra las mujeres es la misma en cualquier parte de Afganistán, aunque no hay estadísticas exactas, no hay porcentajes sobre esta violencia en zonas urbanas o rurales. Sabemos que hay cientos, si no miles, de casos, aunque no se denuncian, especialmente en lugares muy alejados de las ciudades. No hay posibilidad de tener información sobre esta violencia en esos lugares.
Los yihadistas siempre han estado ahí, pero en la primera entrevista que tuvimos en 2021, justo un día después de que los talibanes tomaran Kabul, tu compañera predijo que Afganistán volvería a convertirse en un refugio para grupos fundamentalistas islámicos, como el ISIS o Al Qaeda. ¿Ha sido así?
Efectivamente. Ya antes de la llegada de los talibanes, sobre todo el último año del gobierno de Ashraf Ghani, hicieron posible la liberación de 5.000 presos talibanes. Además, los nombres de algunos comandantes talibanes fueron retirados de la lista negra de la ONU. Poco a poco fueron haciendo propaganda, diciendo que los talibanes habían cambiado. De hecho, la política de Estados Unidos y sus aliados fue traer de vuelta al poder a los talibanes por sus propios intereses.
Así que sí, Afganistán se ha convertido en un lugar seguro para los grupos yihadistas. Hay diferentes grupos de talibanes aquí. El ISIS está también activo dentro de Afganistán. Al Qaeda, lo mismo. Incluso los talibanes pakistaníes están activos en algunas partes de Afganistán. En definitiva, al dar poder a fundamentalistas como los talibanes, Estados Unidos ha hecho de Afganistán un refugio para los terroristas y fundamentalistas.
¿Qué hacéis en RAWA ante esta situación crítica?
RAWA está activa a nivel político y social. A nivel social hemos llegado a muchas personas en las diferentes provincias de Afganistán. Tenemos equipos sanitarios móviles y clases clandestinas en hogares. Esto ya ocurrió durante el primer gobierno talibán, teníamos escuelas secretas para niñas en las casas. Pudimos educar a muchas niñas y, cuando cayeron los talibanes, el gobierno pudo incorporar en las escuelas públicas a esas niñas ya bien educadas. Ahora estamos haciendo lo mismo, porque no podemos ver a las niñas privadas de educación. Así que tenemos esas escuelas en casas, pero también centros de alfabetización, de inglés… En algunas áreas remotas tenemos programas de distribución de ayuda para personas muy necesitadas. Y es que, según informes recientes, un gran porcentaje de la población afgana necesita comida.
Pero la parte política es más importante para nosotras, porque a través de nuestra página web hacemos declaraciones, escribimos artículos y documentos, y compartimos noticias recientes. Todo para mostrar al mundo lo que está pasando realmente en Afganistán. También llevamos a cabo ceremonias especiales, desde la clandestinidad, por supuesto, para manifestarnos contra el gobierno talibán. Ahora mismo, para nosotras es muy importante ser la voz de las mujeres de Afganistán, que está prohibida.
En esa primera entrevista, también se mencionó que los gobiernos occidentales estaban sacando de Afganistán a las personas más cualificadas, dejando al país sin quienes podían luchar con mayor eficacia contra los talibanes. ¿Cuál es la situación al respecto?
Es verdad que la política de Estados Unidos y países europeos en los últimos veinte años dio a muchas personas la posibilidad de acceder a la educación, trabajar en ONG o en oficinas del gobierno. Pero ahora sabemos que lo hicieron para su propio beneficio, porque, justo después de la caída del gobierno y del 15 de agosto de 2021, se llevaron con ellos a todas esas personas que habían recibido muy buena educación. Y lo hicieron por la necesidad que tenían de que esas personas jóvenes trabajaran en sus países. También había muchos intelectuales, mucha gente que cree en la democracia, que podía luchar contra los talibanes. Y no me refiero a una lucha armada, sino levantando sus voces contra las políticas injustas de Estados Unidos y otros países, así como contra las de los talibanes.
Al apoyar [los países occidentales] a los talibanes, consiguieron que la vida se volviera peligrosa para muchas personas, que empezaron a marcharse. Incluso ahora, muchas siguen marchándose si tienen la posibilidad o medios para ello, porque ya no pueden vivir bajo el poder de un grupo tan fundamentalista que va contra el progreso, la libertad, la educación, e incluso contra la vida de las personas.

Tres años y medio después del regreso de los talibanes, ¿qué exigís a la comunidad internacional? Es un hecho que hemos fallado al pueblo afgano.
No sé si como «comunidad internacional» te refieres a los gobiernos y a las organizaciones o a las personas que viven en libertad, en paz y que creen en la democracia. Respecto a estas últimas, sí, siempre tenemos para ellas la petición de posicionarse abiertamente con el pueblo afgano y de presionar a los gobiernos para que dejen de apoyar y financiar al gobierno de los talibanes. Si realmente quieren ayudar y apoyar al pueblo de Afganistán, demandamos que levanten sus voces y sean la voz de la población afgana, que ha sido abandonada, que ha sido olvidada. Y, por supuesto, queremos que todas esas personas presionen para que se juzgue a los criminales que han cometido tantas atrocidades en Afganistán: los yihadistas, los talibanes, los señores de la guerra… Solo llevándoles ante la justicia podemos conseguir paz, libertad y derechos humanos.
Por último, ¿hay algo que te gustaría añadir?
Un aspecto del que no hemos hablado es la situación de las personas refugiadas y migrantes de Afganistán en todo el mundo. Especialmente en Pakistán y en Irán las están tratando muy mal, las están deportando de nuevo a Afganistán, y esta es una situación muy crítica. Los afganos que viajan a cualquier parte del mundo no están seguros y siempre se sienten muy solos, abatidos y sin ningún apoyo. Lo podemos ver en todas partes. Turquía también está devolviendo a refugiados afganos. Además, estas personas están siendo torturadas y asesinadas en diferentes rutas cuando intentan emigrar a otros países. La situación es realmente frustrante y dolorosa para el pueblo afgano. Lo único que el mundo puede hacer es no olvidarlo, alzar la voz y presionar a sus gobiernos. Ninguna otra palabra me viene a la cabeza excepto el apoyo y la solidaridad que pueden mostrar, especialmente hacia las mujeres de Afganistán.
Dices que los refugiados afganos están siendo deportados de algunos países, con el peligro que pueden enfrentar en Afganistán. De nuevo, eso viola varias leyes internacionales, pero a nadie parece importarle.
Como hemos dicho, la situación de los refugiados en todo el mundo es terrible, y especialmente para los afganos. Para algunos, su vida aquí estaba en peligro. Pero en general, mucha gente dejó Afganistán por el desempleo, la pobreza, porque los talibanes eliminaron muchos puestos de trabajo del gobierno, de las ONG, las mujeres fueron expulsadas de sus trabajos… Estos son los principales motivos y, sin embargo, como decimos, están siendo deportados de nuevo aquí. Si quitamos a los talibanes del gobierno, si dejamos de apoyarlos y financiarlos, creo que la gente de Afganistán puede vivir en paz.
El pueblo afgano ha sido olvidado, sobre todo ahora, por los problemas en Oriente Medio, en Gaza, en Ucrania, en Líbano y otros países. El foco se pone más sobre ellos y Afganistán se ha olvidado totalmente. No obstante, como integrante de RAWA quiero decir que condenamos la represión del gobierno israelí contra la población palestina. Apoyamos al pueblo palestino en Gaza, que está en una situación muy crítica, con miles de personas asesinadas.
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