«En los límites de la percepción ordinaria hay otro nivel de belleza». Con este mantra y con la mente, el cuerpo, la emoción y el espíritu, preparados para aprender todo lo necesario sobre la vida a través de la observación del mundo del musgo, nos dispondremos a escuchar, antes que a ver.
Por Dani Seixo | 16/01/2024
En una época en los que el tiempo escasea y el conocimiento se ha convertido en un fin en sí mismo y, por tanto, ha dejado de suponer un camino que disfrutar de forma sosegada, algunos de ustedes quizás puedan considerar que ahí fuera, sin duda, existen una multiplicidad de lecturas potencialmente mucho más provechosas que un libro como este que hoy les presento. No los culpo, pero permítanme que les señale una serie de errores que sin duda alguna están cometiendo en esa percepción inicial que tan rápidamente se han creado.
Comencemos por lo básico: este «Reserva de musgo» de la licenciada en botánica, escritora y docente estadounidense Robin Wall Kimmerer y publicado por la editorial Capitán Swing, es mucho más que un libro sobre el musgo. Desde un primer momento, su autora nos sumerge en un tiempo distinto al que acostumbramos manejar en nuestro día a día. Ya sea usted un habitante de ciudad, acostumbrado a las estresantes carreras para atrapar un metro que se escapa, o un miembro de una comunidad rural, a estas alturas, ya sometido definitivamente a las pautas y ritmos impuestos por la sociedad industrial, a la hora de encarar esta lectura, precisará adaptarse a un tiempo mucho calmo y a una visión mucho más profunda de la que suela hacer gala en su día a día.
«En los límites de la percepción ordinaria hay otro nivel de belleza». Con este mantra y con la mente, el cuerpo, la emoción y el espíritu, preparados para aprender todo lo necesario sobre la vida a través de la observación del mundo del musgo, nos dispondremos a escuchar, antes que a ver. Y es que es únicamente de este modo como uno realmente podrá disfrutar de la compleja profundidad de un libro que sorprende y reconforta desde sus primeras páginas.
Los musgos son pequeños, persistentes y sabios. Seres vivos capaces de atesorar en sus complejas estructura los primigenios secretos de la evolución y revivir de una prolongada sequía tras el más ligero contacto con una nueva fuente de agua. Plantas comunitarias, dependientes de la colaboración estrecha con sus congéneres para sobrevivir y dispuestas a agarrarse al menor rescoldo de esperanza vital para expandirse. Un pequeño mundo para los invertebrados, utensilio vital para la Hibernación del gran oso e incluso un pañal o una compresa primitiva para muchos de los pueblos originarios de América, esos que todavía no han perdido su inmensa sabiduría y la profunda conexión con la naturaleza. El musgo es parte indispensable de una prolongada cadena vital que nos abarca a todos los seres vivos y que en este libro se descubre lentamente como una lección necesaria para todos aquellos que precisan centrar su mirada para comenzar de nuevo a ver mucho más allá de la mera inmediatez.
Presentes en nuestros bosques, en los riachuelos, en nuestras ciudades e incluso en muchos desiertos, el musgo es capaz de hablarnos de nuestro prolongado maltrato al medioambiente, los efectos de la contaminación, la relación vital de los seres vivos con el agua e incluso de la importancia y necesidad de la perturbación, capaz de sostener el equilibrio fundamental para la vida. Pero como he dicho con anterioridad, este libro es mucho más que un libro sobre el musgo. Si necesita un respiro, un momento para reconectarse como parte del mundo que nos rodea o simplemente quiere disfrutar de una lectura amena, capaz de alimentar su espíritu al tiempo que adquiere nuevos conocimientos recorriendo una senda boscosa de datos, consejos y apreciaciones sobre una de las tantas plantas que nos rodean… Sumérjase sin dudarlo en esta historia natural y cultural de los musgos.
Y recuerde, no existe algo así como la recolección natural del musgo, sus ciclos de crecimiento y expansión, funcionan en un nivel distinto a nuestras necesidades. Por ello, intente disfrutar del musgo en la naturaleza o, en su defecto, en este libro que hoy les recomiendo.
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