Por José Antonio Martín Acosta
Llamadme republicano
Llamadme
Llamadme entre los bosques y los claros
Llamadme republicano
Llamadme
Con la voz de la zarza
Que por fin atenaza al amo
Con la temible acción del agua
Sobre mi rostro ahogado
Llamadme republicano
Llamadme entre clarines y trompetas
Llamadme entre los alisos de mi osario
Que mi corazón de niño
Estallará en todas las manos
Porque mi intención es franca
Desde todos los tiempos de mis actos
Llamadme republicano
Por aquellas que murieron y mataron
Entre estertores heroicos
Y dolores inhumanos
Llena su mirada de amor
Por igualar al noble y al esclavo
Por la mujer que lucha
Entre quejidos y harapos
Por hacer de toda causa la suya
Por hacer que se escuche su canto
Llamadme
Llamadme republicano
Por los que en los bajeles del trigo
Su osadía rebelde apagaron
Por los que perdieron las batallas
Pero el respeto ganaron
Por la libertad conquistada
Y por la que nos arrebataron
Por la tierra y el mineral
Y la educación y la ausencia de pecado
En reclamar lo que es tuyo
Porque con tus manos fue plantado
Por todo el avance
De esos penosos años
El reparto de la tierra
Las mujeres en sufragio
El valor de las ideas
El alcance de tus actos
Llamadme
Llamadme republicano
Que está queriendo la mañana
Que ya está sombreando el árbol
Que está la mar soñando
Con despertarse de morado
Llamadme sin dudas
Mujeres del mañana
Niños sin candados
Sollozantes sirenas
Almas como torreones de acanto
Llamadme con orgullo
Llamadme republicano
Y cuando muera
Si muere este humilde bardo
Que muera con la tricolor
Desde mi cuerpo ondeando
Con la razón y la justicia
Y con ritmo republicano.
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