El gobierno griego, encabezado por el Primer Ministro Kyriakos Mitsotakis (Nueva Democracia), aprobó el pasado 17 de junio una reforma laboral que supone uno de los mayores ataques contra la clase obrera en décadas.
Por Oriol Sabata
Los grandes medios de comunicación apenas hablan de ello pero esta nueva legislación que se ha aprobado en Grecia significa un retroceso histórico en los derechos conquistados por los trabajadores.
La reforma de Mitsotakis plantea suprimir la jornada laboral de 8 horas y ampliarla hasta 10 horas. La patronal no estará obligada a pagar las horas extra, que podrán ser compensadas por días libres, aunque se fija un máximo. Además, se amplían las horas extra anuales permitidas de 90-120 a 150.
Esta ley elimina a los sindicatos como intermediarios y dinamita los convenios colectivos, de manera que los empresarios negociarán directamente y de forma individual con el trabajador, que perderá fuerza y capacidad de presión. Los sindicatos advierten que sin procesos colectivos las empresas tienen todas las de ganar a la hora de imponer sus condiciones.
Otro punto alarmante es que se obliga a los sindicatos a registrar a todos sus afiliados y limita el derecho a huelga. A partir de ahora, para convocar una huelga, el sindicato deberá presentar una votación en las fábricas y centros de trabajo que deberá ganar con el 50+1. En caso de que tire adelante, por lo menos un 33% de los trabajadores deberán asistir a trabajar para mantener lo que considera el ejecutivo «servicios mínimos».
Cabe destacar que la clase obrera griega trabaja una media anual de 1.950 horas, siendo uno de los países de la Unión Europea donde más horas de trabajo se acumulan.
El Ministro de Trabajo Kostis Hatzidakis, afirmó que se trata de una normativa que “pone los cimientos para un ambiente laboral moderno”.
Dimitris Koutsoumbas, Secretario General del Partido Comunista Griego (KKE), respondió al Ministro de Trabajo: «si se trata de un proyecto moderno, ¿porqué las condiciones de trabajo retroceden un siglo atrás, convirtiendo a los trabajadores en esclavos en el siglo XXI?». Koutsoumbas advirtió que con esta ley se aumenta el mecanismo de explotación de los trabajadores y que este tipo de medidas se pretenden imponer en otros países de la Unión Europea.
Nikos Mavrokefalos, miembro de la Secretaría Ejecutiva del sindicato PAME, dijo que los trabajadores no se quedarán de manos cruzadas ante la explotación por parte de los grupos empresariales y agregó que la lucha de la clase obrera mandará a la basura esta ley.
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