Reflexiones de Pietro Nenni sobre el fascismo

Para Nenni el fascismo se traducía en un régimen de dictadura y de terrorismo policiaco contra la clase obrera, y, por consiguiente, contra todas las formas existentes de libre pensamiento y de oposición

Por Eduardo Montagut

El destacado socialista italiano, Pietro Nenni, publicó un libro ya clásico, La lucha de clases en Italia, con prólogo de Filippo Turati, y que en España salió en 1931, con una traducción de Germán Gómez de la Mata. Antes de esta traducción, El Socialista sacó un fragmento del libro, en el mes de agosto de 1930, con el fin de que los lectores reflexionasen sobre el fascismo y el proletariado en un plano más allá del caso italiano. Rescatamos el texto casi cien años después porque aporta materiales para la reflexión.

Así era, porque el fragmento elegido comienza con la afirmación de que el fascismo no era un fenómeno específicamente italiano. Habría adoptado en aquel país una forma especial por un conjunto de características propias, siempre según su criterio, de Italia: un país de “pasiones mecánicas”, excesivamente poblado, pobre, joven y que llevaba un siglo sin solucionar el problema de la libertad. Pero, sobre todo, el fascismo expresaría la tendencia de la burguesía a oponerse por todos los medios a la llegada de la democracia obrera. El fascismo reclutaría sus seguidores entre la clase media, explotando sus sentimientos y rencores nacionales.

Para Nenni el fascismo se traducía en un régimen de dictadura y de terrorismo policiaco contra la clase obrera, y, por consiguiente, contra todas las formas existentes de libre pensamiento y de oposición. El fascismo sería absurdo, intolerante, tiránico y dogmático. Sería aliado de la Iglesia Católica y “furriel natural” de la guerra. Defendería un patriotismo agresivo, como el aspecto internacional de su política interna o nacional de represión. Sería, en este caso, reacción en el interior, y guerra en el exterior.

Por todo ello, había que combatir al fascismo tanto en el interior como en el exterior. Por eso, Nenni defendía, en el caso concreto italiano, que el socialismo de su país debía proseguir el combate dentro del país, mientras que el proletariado internacional y de las democracias tenían que combatirlo en el exterior, especialmente las “democracias obreras”, afirmaba el socialista italiano.

Así pues, nos quedamos, además de las reflexiones sobre el carácter del fascismo, y superando los condicionamientos históricos de aquel momento, sobre su doble dimensión, así como que debía ser combatido en las dos.

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