¿Y si recuperamos la humildad? | Voces de la calle

Por Matías Furriol @FurriolMatias | Ilustraciones de ElKoko @Elkokoparrilla e Iñaki y Frenchy @inakiyfrenchy76

Pasaron ya unos días desde que las urnas nos dieron un revés a todos los votantes de Unidos Podemos. Unos días en los que pude leer, ver y escuchar muchas opiniones sobre el motivo del desplome sin paliativos del partido morado y sus confluencias en las urnas. Y aunque los dirigentes de la confluencia de Podemos e IU, reconocieron que los resultados no fueron los esperados, y que ellos siempre fueron prudentes con las encuestas, la realidad es que yo no lo veo tan claro como ellos. Para mí se dejaron llevar por las encuestas (yo mismo me dejé llevar por ellas) sin caer en la lógica pura de que venían forzadas por los mismos que meses atrás las habían engordado a favor de la formación naranja de Ciudadanos. En diciembre, el palo se lo llevó Rivera y su partido. Ahora, en junio, ese palo le tocó a Podemos y sus confluencias.

ElKoko

Muchos, entre los que por supuesto me incluyo, no vimos venir el golpe y quizás por eso la decepción es aún mayor. Pensamos que la campaña del miedo no estaba pasando factura y bajamos la guardia por culpa de creernos aquello del Sorpasso, sin llegar a entender, quizás por nuestra falta de experiencia (recordad que Podemos lleva existiendo desde hace nada), que el bipartidismo y su muleta naranja estaban unidos en esa campaña y que su plan, a la vista de los resultados, surgió efecto… ¡Vaya si lo hizo!

Después de hacer una valoración en frío, creo que hay muchas cosas en las que mejorar para poder ganar y poder así liderar de una vez por todas la regeneración que necesita este país. Lo primero que saco en claro es que los líderes del partido deben hacer llegar el mensaje a nuestros mayores porque, no nos engañemos, vivimos en un país que es un infierno para los jóvenes. Pero al parecer, al igual que pasó en Reino Unido con el «BREXIT» y su salida de Europa, nuestros mayores están hipotecando el país a base de mantener a los ladrones y corruptos. Ojo, es lícito y respetable: se lo ganaron por su lucha por la democracia (no seré yo quien les dé lecciones sobre ello) y aunque no nos guste el resultado hay que asumirlo con humildad y responsabilidad.

Desde mi humilde opinión, y aunque sé que a muchos no os gustará, creo que el primer paso para ganar a la derecha corrupta de este país es que Pablo Iglesias dé un paso al costado. Eso no es recular, es sumar para ganar. Esto no quiere decir que crea que sea culpa suya o que crea que no es un gran político (que lo es sin lugar a dudas). Pero la triste realidad de este país nos dice que su mensaje no cala en la sociedad. No consigue que la gente se crea su mensaje, eso resta más que suma y creo que es evidente a tenor de los resultados. Hay muchas cosas que me parecen un gran acierto de Iglesias y los líderes del partido, pero hay otras que no me acaban de convencer. Hay mensajes que se contradicen y creo que eso confunde a la gente fácil de confundir (y de esos, en este país, creedme que hay muchos).

Empezamos a dejar de sumar cuando los dirigentes del partido comenzaron a dar tumbos desde el comunismo a la socialdemocracia. Nosotros, los que entendemos el mensaje que quiso dar Iglesias, lo interpretamos perfectamente porque sabemos que lo que quiso decir es que aunque su ideología es comunista, él entiende que las políticas que necesita España para avanzar a día de hoy, en la época que vivimos y con los niveles de consumo actuales, son políticas socialdemócratas. Pero para entender algo así debes ser alguien abierto de mente y creo que sobra decir, viendo los resultados, que si algo tiene nuestra sociedad actual es un candado mental. Os pondré un ejemplo con un símil futbolístico, que creo es la única forma que tienen muchos de entender las cosas:

Por citar un caso de uno de los equipos más conocidos por todos, hablaré de Morientes, “el Moro”. Este ex-futbolista es madridista confeso y ganó además varios títulos para este club. Pero como siempre pasa en este deporte, cuando dejó de interesarle al club lo vendieron a otro equipo, en este caso se trataba del Mónaco. Allí el destino quiso que Morientes se enfrentara a su ex-equipo en una eliminatoria de “Champions League” y en ella, Morientes eliminó con gol incluido a su equipo del alma. ¿Creéis que en algún momento Morientes dejó de ser madridista? Es evidente que no. Fue, es y será madridista toda su vida, pero eso no impidió que hiciera correctamente su trabajo y luchara por su equipo sin importarle sus sentimientos y sus ideales particulares.

Eso mismo es lo que intentó explicar una y mil veces Pablo Iglesias, aunque a la vista está que lo hizo sin éxito. Vivimos en una sociedad visceral, cerrada de mente, tan acostumbrada a lo viejo que no se dan cuenta de que existen muchas maneras de hacer las cosas y que no solo existe el blanco y el negro (o el rojo y el azul). Hay más y, desde mi opinión, mejores opciones para cambiar las cosas sin necesidad de tener que renunciar a nuestros ideales particulares e individuales. Decía José Luis Sampedro: «Gobernar a base de miedos es muy eficaz. Si usted amenaza a la gente diciéndoles que les va a degollar y luego no lo hace, entonces les puede azotar y explotar. Y la gente dirá: bueno no es tan grave, podría ser peor, nos podría degollar. Y es que el miedo hace que no se reaccione.» Solo así se puede explicar que en las comunidades de mayor corrupción por parte del PP, mejoraran en votos con respecto a diciembre.

Escuché mil veces que los votantes de Podemos eran sectarios y hoy uno de esos votantes os dice que os miréis al espejo. Yo os prometo que lo hago y por eso puedo decir que nos equivocamos en muchas cosas, yo el primero. Pero de igual manera le puedo decir a todos esos votantes del PP, y a todos eso votantes en general que solo votasteis o que no lo hicisteis para perjudicar a Podemos, que os lo hagáis mirar. A todos esos votantes del PP que siguen erre que erre incondicionalmente a pesar de incumplir todo su programa y sus promesas, a pesar de que os saqueen las huchas de las pensiones, a pesar de que os aumenten la deuda publica año tras año, a pesar de que nos metan la mano en la cartera una y otra vez, y aún así les seguís votando. Deciros que estáis en vuestro derecho democrático de hacerlo, solo faltaría, pero al menos tened la decencia de no llamar sectario a nadie. Miraos a vosotros mismos y pensad por un momento que si los votantes de Podemos lo somos, ¿qué seréis vosotros?

Volviendo a Iglesias y como os decía, creo sinceramente que debe dar un paso a un costado. Creo además que lo mismo que le benefició en su día la exposición diaria en distintos medios de comunicación, también le perjudicó (y mucho) esa sobreexposición mediática, que debo reconocer no siempre fue escogida. Alabo y mucho el valor que tiene y esa capacidad de reacción. No muchos serían capaces de aguantar tantas apariciones en televisión. Pero al final se fue diluyendo. Pasó de un tono enérgico y lúcido a un tono dormido y descafeinado que le llevó a convertirse, sin apenas darse cuenta y con la ayuda de ciertos medios vendidos para la ocasión, en el líder peor valorado por la sociedad. Y esa lápida me temo que será muy difícil de quitar. Por eso creo firmemente que debe, por su bien, y por el bien de todos nosotros, apartarse, dar un paso al costado para coger impulso y mantenerse con las fuerzas del cambio desde un segundo plano, contando y cuidando sus apariciones televisivas. Sin duda, dentro de Podemos hay gente que puede asumir el papel de cara visible desde otra perspectiva y, aunque con el mismo mensaje claro y conciso, poder así recuperar de una vez por todas las instituciones para sus verdaderos dueños: los ciudadanos y ciudadanas dignas que tiene este país. Porque aunque ya reconocí claramente el fracaso en estas elecciones, no se puede pasar por alto que somos un partido nuevo, con apenas recorrido. Y quién nos iba a decir hace poco más de 2 años que seríamos la tercera fuerza política, empatada prácticamente en número de votos con un partido que tiene 137 años de historia.

Al final esto no cambia nada, hay que seguir luchando. Pero esta vez creo que debemos hacerlo desde la oposición, con firmeza y demostrando que el camino se hace andando. Y si seguimos demostrando, allá en los ayuntamientos que gobernamos, que hay otra forma de hacer política, nuestros jóvenes irán creciendo con una educación social y cultural distinta del bipartidismo al que algunos están acostumbrados. Esto no es un sprint, es más bien una carrera de fondo. Y cuando a ellos les empiecen a flaquear las fuerzas, ahí estaremos nosotros para coger las riendas de este país. Y solo entonces quizás algunos entiendan los años que se habrán perdido por el camino para cambiar las cosas a mejor, para la clase media, la clase trabajadora y sobre todo para los que más lo necesitan. Porque tened en cuenta que el mejor guerrero no es aquel que siempre triunfa, sino aquel que siempre vuelve a la batalla a pesar de las adversidades.

A los votantes del PxxE (no os llamaré socialistas y obreros hasta que demostréis que lo sois), deciros que no os guardo rencor. Sé que muchos comulgáis con la ideología y el programa de Podemos, pero sé que posiblemente por enfrentamientos del pasado por un lado y por las burdas manipulaciones por otro, no soportáis el que Iglesias pudiera liderar a la izquierda de este país. No pasa nada, porque sé que muchos de vosotros estáis deseando girar a la izquierda (a la de verdad) pero con otra cabeza visible con la que sentiros representados. Es lícito pero triste. Es triste porque habéis perdido la posibilidad de que derrotáramos al PP y, sobre todo, a sus políticas que favorecen a unos pocos privilegiados a costa de la mayoría. Es triste ver cómo la derecha en este país vive hermanada, y la izquierda dividida cada vez más. Y claro, ya lo dice el refrán «divide y vencerás» y vaya si les ha funcionado. Lo que sí que me parecen absolutamente lamentables son las formas de Pedro Sánchez tras conocerse el resultado, saliendo a vender una vez más un triunfo a pesar de perder otros tantos escaños y lo que es aún peor: a pesar de perder su dignidad como político al celebrar una derrota aplastante como si de una victoria estuviéramos hablando. Esto solo sirvió para reconocerle a la sociedad y a sus propios votantes, el miedo tan grande que le tenían a la formación de Iglesias. Se retrataron ellos mismos una vez más.

Luego viene el partido de Rivera, que casi no merece mención ya que no hay nada nuevo con este partido. Me resultó gracioso su discurso triunfalista tras las elecciones, a pesar del nuevo golpe que se han llevado. Aquí sí que podríamos decir aquello de que sus votantes están ciegos completamente. Solo así se explica que volvieran a picar una vez más con un vende humo de ese calibre. Si algo se le puede reconocer a Rivera es que como comercial no tiene precio. Lo mismo te vende un veto a Rajoy, que te vende que jamás lo vetó en su vida. Y así todo, disfruten ustedes señores y señoras votantes de ciudadanos, de lo votado.

Por todo esto, hoy os puedo decir alto y claro que yo sí lo reconozco. Me dejé llevar. Me dejé llevar tanto y de tal manera que perdí la percepción de la realidad, esa que normalmente te mantiene con los pies en el suelo. Y sí, lo reconozco abiertamente. Y yo sé que a muchos les costará entender el tono crítico de este artículo, pero es que considero que no podemos permitirnos volver a equivocarnos y para ello lo mejor es aprender de nuestros errores. Es verdad, nadie dijo que el camino hacia el cambio sería corto. Nadie nos dijo que expulsar a los ladrones sería rápido y fácil ni tampoco nadie nos dijo que cambiar la mentalidad podrida de un país sería de hoy para mañana. Salta a la vista, tras el 26J, que el camino será largo, duro, tedioso y por qué no, también será nostálgico. Pero una cosa debemos tener clara los que luchamos por el cambio de este país: si nosotros nos rendimos, nuestros descendientes serán los peor parados. Cómo vamos a enseñarles a luchar, si a las primeras de cambio nos rendimos. Cómo vamos a enseñarles valores, si nos los dejamos por el camino.

Ahora más que nunca es cuando debemos permanecer unidos porque si hay algo cierto en ese slogan, es que «Unidos Podemos». O mejor dicho, Podremos. Y no me importa si es dentro de 2 años, de 4 o de 16, pero conseguiremos cambiar la mentalidad de este país y recuperar las instituciones para el pueblo, su legítimo dueño.

¿Sabéis qué me vino a la cabeza nada más conocer los resultados de las votaciones del 26J? Aquella frase del filósofo griego, Demócrates:

“Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de burla”.

8 Comments

  1. Pablo creo que está muy quemado por sus continuos cambios de discurso, uno puede ser un buen comentarista e ilusionar a la gente, pero no se puede dar tantos bandazos como viene dando últimamente.
    La persona que me parece mucho más interesante, sabía u consecuente es Alberto Garzón, habla claro y muy tranquilo sin ningún tipo de trampa o mentira.

    • Estoy totalmente de acuerdo con lo que señalas, pues creo que Pablo está muy quemado por los continuos cambios de mensaje y por la «chulería» que muestra en sus comentarios

  2. Estoy de acuerdo con el artículo y con el comentario de María. Hace falta menos prepotencia, más pedagogía. Mi opinión sobre Pablo Iglesias es que la versión que da de sí mismo actualmente, no tiene nada que ver con la de sus inicios en el circo mediático. Su entrada al Congreso podía haber sido ampliamente mejorable. Creo que como coloquialmente se dice «se vendió la piel de oso antes de cazarlo». Y se confundió su ansia de cambiar las cosas por un hipotético ansia de poder. El problema es para el país y para todos/as aquellos/as que confiábamos en una nueva forma de hacer política. Si las circunstancias nos lo permiten, seguiremos esperando.

  3. Mas claro el agua, o mejor expresado no se puede, cuanta verdad, y q pena q la gente siga tan cerrada y no vea o no kiera ver la realidad, como pudieron permitir y votar para q sigan robandoles a manos llenas, ojala tengas razon hijo y la gente vea la realidad y en las proximas x fin se acabe el martirio de tener como gobernante a un indeseable corrupto, te felicito y a seguir luchando x llegar a tener un pais mejor

  4. Yo voté a Manuela Carmena en Madrid y voté a Podemos el 20 D. Y voté a Podemos después de haber votado toda mi vida al P.S.O.E. Intento, por encima de todo, objetivar la opinión de cómo actúan los políticos, huir de las fobias y de las filias y reconocer los comportamientos responsables cuando la cosa va de gestionar la res pública. No me considero cerrada en ningún aspecto de mi vida y creo en la necesaria renovación «celular» permanente como principio. Yo voy a hablar de mi y de algunas personas que han hecho lo mismo que yo. No voté a Podemos el 26 de junio, no solamente no lo voté sino que me alegró el resultado como revulsivo para la organización. La decepción sobrevenida a las apariciones de Pablo Iglesias y su corte, su agresividad gestual y verbal, su comportamiento ineficazmente altivo e irrespetuoso con el resto, la importancia dada a gestos absurdos que no aportan nada, su autoritarismo me convenció. No sé si Podemos tiene cuerpo ideológico sólido y suficiente como para merecer mi voto y todos los fuegos de artificio desplegados por Iglesias y su grupo no hacen sino impedir ver que lo tienen. Yo quiero un político que sea capaz de hacer aquello para lo que le han elegido y que lo haga lo mejor posible. Yo no voté a Podemos para que se hayan dedicado estos meses únicamente a dar «sus golpes de efecto».
    No sé quien lo decidió, quien lo aconsejo, sé quién lo hacía y no volveré a votar a gente así. Creo que han muerto de éxito.

    • Hola María,
      Me parece muy sensata tu postura, y como menciono en mi artículo, hay mucha gente con la misma opinión que tú. Solo puedo pedirte paciencia, hay mucha gente detrás de Podemos y aunque ahora veas lo malo achacándolo a Iglesias (es entendible), ten en cuenta que hay mucho más que Iglesias, gente válida que puede hacer las cosas mejor.
      En policías las formas son muy importantes, pero lo más importante desde mi opinión, es el fondo, el mensaje. Y en Podemos el mensaje es el mismo, eso es lo importante.
      Gracias por compartir tu opinión!
      Un saludo.

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